TRIBUNA
La huelga de médicos
R ecientemente hemos asistido a la desconvocatoria de la huelga de médicos funcionarios interinos que mantenían de forma indefinida desde el 1 de agosto. La huelga es un derecho constitucional utilizado como mecanismo de presión de los trabajadores cuando no son atendidas sus reivindicaciones laborales, pero, en todo caso debe de respetar al menos dos cualidades. Una, que lo reivindicado pueda cumplirse en el tiempo, ya sea por su legalidad y/o por su concordancia con la realidad (así, no podemos pedir que el próximo mes todo trabajador gane al menos diez mil euros). Y otra, que pueda darse una salida pactada entre las partes, unque ninguna logre el cien por cien de sus objetivos.
No ha sido precisamente esta huelga la que reuniera ninguna de estas cualidades, de ahí la débil idoneidad de su convocatoria, como por otra parte lo demuestra, que solamente haya sido convocada por un sindicato médico (Simecal) que se ha dejado influir por grupos de médicos funcionarios interinos.
Y en apoyo de esta opinión está además, la forma en la que se ha desconvocado: de un lado un sindicato con escasa representación que ha aprovechado la causa para hacerse notar y, de otro, la Consejería de Sanidad,al frente de la cual hay un consejero que ha sido muy cuestionado en la gestión de la sanidad de los castellanos y leoneses y que sin duda dejará importantes heridas y cicatrices en la sanidad autonómica.
El cese de la huelga indefinida se ha materializado en base a un documento aceptado por las partes en el que por un lado, se recogen una serie de obviedades como la consolidadación del empleo de los médicos de atención primaria etc, etc...., y por otro se vende humo como la consolidación vía extraordinaria.
Eso sí, el consejero, por su parte, ha dado nuevamente una patada al balón hacia delante, incluyendo en el acuerdo, que se reunirá con los grupos parlamentarios para analizar las peticiones de los convocantes. De esta forma redime la culpa de su mala gestión de la sanidad en general y de esta huelga en particular, endosando a los demás lo que él no es capaz de resolver.
Pero además queremos llamar la atención sobre lo que nos parece más grave en relación con este tema, y es el que se haya hecho coincidir la citada huelga con manifestaciones de ciudadanos a favor de la «sanidad rural y en defensa de los médicos».
La sanidad rural es una parte del sistema sanitario público que todos los ciudadanos debemos defender y a la cual nos adherimos, pero otra cosa es la defensa de los médicos.
Los médicos no estamos en peligro ni necesitamos que nos defiendan. Lo realmente vergonzoso es que algunos médicos hayan utilizado torticeramente la buena fe de los ciudadanos para la defensa de lo que no son más que intereses privados y particulares de un grupo de médicos, que han orquestado una campaña en la que han hecho creer que la sanidad rural está en peligro porque les puedan remover de su puesto de trabajo.
Las plazas de médicos en las zonas rurales no desaparecerán, o en tal caso eso es lo que hay que defender, pero éstas no van ligadas a los médicos que actualmente las ocupan.
Es por tanto falso el atribuirse los buenos resultados de las manifestaciones ciudadanas como el argumento para mantener reivindicaciones personales. Los ciudadanos han salido a defender la atención sanitaria a nivel rural no la permanencia de determinados médicos en su puesto de trabajo.
Y para concluir, añadir que la situación de precariedad de la atención primaria en la Comunidad y especialmente en el medio rural no es más que la consecuencia de decisiones políticas equivocadas que en todo caso suponían una merma presupuestaria y que hemos padecido de forma global todos los ciudadanos, en tanto sujetos pasivos, así como los sanitarios y demás trabajadores del sistema de salud en tanto sujetos activos.
Por otro lado, vaya nuestro deseo de que se solucione la permanencia de los médicos funcionarios interinos a través de las mesas de negociación y por las vías legales sin necesidad de tener que recurrir a situaciones que supongan un menoscabo en la ya de por sí precaria atención a los ciudadanos.
P.D.: Resulta patético ver manifestarse a responsables políticos del partido de los recortes cuando hace solo unos años aplaudían la reestructuración de plazas de médicos de atención primaria, una reestructuración que aún siendo necesaria, no tuvo en cuenta la opinión de los ciudadanos, ni de los sanitarios, ni otras variables tales como los medios materiales y humanos, el transporte, el envejecimiento de la población etc..., y no cabe duda que de ahí vienen algunos de los problemas de la situación actual.