Diario de León
Publicado por
JOSÉ MARÍA PRIETO SERRA ESCRITOR Y EXPERTO EN MÁRKETING Y COMUNICACIÓN
León

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D ice guardiola que el lazo amarillo es igual que el lazo del cancer. y se queda tan ancho. Mira nen, no tengo ni idea de donde te has educado ni me interesa nada de tu vida. Pero es que tu tienes la oportunidad de decir cosas ante un micrófono y yo no, y claro, de alguna forma tengo que contestar a las chorradas que dices, por cierto casi siempre fuera de España, tu país. Por mucho que tu quieras renegar de él.

Lo que está muy claro, ya has dado varias pruebas de ello, es que tu educación es mala y eso, mientras yo pueda intentaré llevarte por la buena senda. ¿No te interesa? ¿Te da igual? Lógico, por eso tienes mala educación. Hasta llegaste a decir en una ocasión o en varias, que tu no te metías con nada, que tu pertenecías a un país pequeño, allá arriba a la derecha, de la Península Ibérica. Nueva prueba de tu mala educación que, en esta ocasión fallas en la geografía. Mira nen, lo quieras o no, tu has nacido en Cataluña que pertenece a España. ¿Esta claro? Tu sabes que está muy claro pero no lo quieres aceptar. Estas en tu derecho, pero la realidad es la realidad.

Llama la atención, además, que en tu larga y exitosa carrera deportiva, jamás levantaste una voz mas alta que otra con el fin de defender tus raíces que, entonces, en aquellos años, desconozco por qué pero lo imagino, no decías ni mu. Ahora eres mucho más valiente, mal educado, pero más valiente.

Ese famoso seny catalán que tanto ejemplo ha dado a todos, es algo que te cae muy lejos. ¿Sabes por qué? Exacto, por tu mala educación. Tienes una ventaja sobre muchos y es que al ser popular y además dedicarte al fútbol, sabes lo que es eso en nuestro país, pues tus opiniones tienen más predicamento. Pero solo por eso la tienen. Claro que lo sabes y además te aprovechas de esa ventaja que no todos tienen. El ciudadano José Guardiola es una cosa y el futbolista José Guardiola es otra muy diferente.

Que pena y que cobardía que se te ocurra «echar las patas por alto» cuando estamos disfrutando de una democracia ganada a pulso por todos los españoles. En los albores de esta democracia tu jugabas al fútbol y tenías tus pensamientos que no te atreváis de declarar en público, que pena!

José Guardiola tu tendrás tu opinión que, faltaría más, es muy respetable pero debes entender que los demás también tenemos la nuestra y, claro, querer vender la tuya a base de tus declaraciones, me parece de traca.

Por cierto, los niños, suelen ser grandes seguidores tuyos por lo que tu has sido en el fútbol. No les decepciones con tus versiones sobre la política y sobre la identidad de los países. Se te escucha hablar de esas cosas y parece que vienes de la Universidad de Yale a dar lecciones magistrales sobre todo. No, Guardiola no. Ese no es el camino.

Tu y yo sabemos que todo esto no viene por casualidad. Son temas que suelen nacer en la familia y después van creciendo. Eso es así y no hay quien lo cambie. La extrañeza por mi parte reside en que todo eso está dicho ahora, en nuestro tiempo, y como se suele decir en España, a toro pasado. El mérito, bien lo sabes, es decirlo antes. Cuando no era tan fácil.

En todo caso, pobre generación la que ahora ronda los niños y niñas de 10-12 años. No saben lo que les espera precisamente porque ellos no han vivido situaciones en su familia como las vividas en la época de nuestra postguerra o incluso antes.

Queramos o no, tenemos una responsabilidad sobre el futuro de nuestros jóvenes que debe ser la garantía del futuro de España. Y no es precisamente sencillo. El espectáculo que está dando nuestro país, en temas tan importantes como son la corrupción, el paro, las puertas giratorias, los pactos imposibles, las pensiones y los asuntos sin arreglar como son la corrupción de los ERE en Andalucía o la invisibilidad del clan Pujol, que, ya no da pena, da vergüenza. Pero no levantemos la voz que la Sra. nos manda a la mierda como el que lava. No sería la primera vez.

Intentemos pues, entre todos, también los catalanes, aunar fuerzas y coger un rumbo determinado y definitivo para nuestro país. Ese puede ser un camino correcto. Siempre que entre las huestes de los partidos no se ande a la gresca o se practique un silencio delator que parece la antesala de que va a ocurrir algo grave. Eso nos situaría en el punto cero y habría que comenzar de nuevo. ¿A alguien le pide el cuerpo eso?

Hay que hablar de los 100 días del gobierno Sánchez. Eso para otro día.

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