FUERA DE JUEGO
Ni están ni se les espera
Lo de la talla y el peso tiene ingentes efectos colaterales en la política. Por estas tierras podríamos hacer algo así como una antología del disparate con un repaso a los principales episodios que lastran el presente y el futuro de la provincia, porque alguien no fue tenido en cuenta o directamente no se presentó el día y a la hora en la que se tomaban las decisiones.
Ahora nos toca vivir una complicada batalla por las infraestructuras, una materia en la que tenemos mucho que agradecer a nuestros vecinos de arriba y de la izquierda —sin los cuales distintas obras ni se habrían diseñado—, pero también bastante que lamentar porque con su peso específico se llevaron el gato al agua y privaron a León de cosas tan elementales como el Eje Subcantábrico —finalmente la A-8 se hizo por la costa asturiana con un coste ingente— o el AVE gallego atajó desde Zamora hacia Orense esquivando León. Y cómo olvidar que la subida del Bierzo al Cebrero fue el último, sí, el último tramo en convertirse en autovía de todas las radiales de España...
La minería también muestra evidentes diferencias a uno y otro lado de Pajares, y mejor no pararse a mirar al detalle lo logrado por otras comunidades —no necesariamente uniprovinciales— frente a lo que han captado nuestros representantes cuando cruzan Guadarrama y les toca ponerse gallitos.
En líneas generales ha existido bastante anorexia política y muy poca talla y valentía para plantar cara a los propios. Pocos escapan a este hecho y quizá lo más lamentable no sea la ausencia de audacia, el problema se genera con mayor complejidad cuando lo que ocurre es directamente que somos víctimas de la irrelevancia. Con el resultado de una encuesta sobre quiénes han sido los últimos jefes del PP leonés —los nominales— se podría entender mejor lo ocurrido en la etapa de Gobierno de Rajoy. Y con un repaso a las vertiginosas carreras de socialistas leoneses también se detecta su gran capacidad de ejercicio lumbar mientras los trenes pasaban de largo por León.
No hay cosa que ponga más en evidencia la mediocridad y los complejos que los clubes de alabanzas recíprocas. Algo les falla a Cristiano y Messi si necesitan que todos los días les digan lo buenos que son. O falta peso o falta talla. O ni están ni se les espera...