EDITORIAL | Vestas no puede pedir a la plantilla que se autoinmole

La pugna de la multinacional danesa y los trabajadores de la factoría de Villadangos del Páramo entra en una fase definitiva porque ya están sobre la mesa todos los datos. Por una parte, la necesidad de Vestas para conseguir que se acabe la producción en marcha y, por otra, el intento de la plantilla de obtener las mejores condiciones en el ERE para todos los operarios. Con la propuesta de la empresa y con la contraoferta del comité de empresa —dadas a conocer ayer a la plantilla— se abrirá este lunes un proceso de negociación en el que será importante que se esfuercen en lo posible las distintas administraciones, para que se haga realidad el fin irrenunciable de toda la sociedad, el mantenimiento industrial de la planta del polígono de Villadangos.

Aplazar o evitar la clausura de la factoría, mejorar las condiciones de quienes tengan que irse a casa o prolongar en lo posible todos los contratos que sea factible parecen fórmulas para conseguir que se recupere un clima de colaboración entre Vestas y sus operarios. La multinacional no puede pretender que sus trabajadores se autoinmolen haciendo un gesto de estéril generosidad facilitando el camino a quien pretende dejarles sin su puesto de trabajo.

Los datos sobre la mesa son al menos una posibilidad de dialogo en la que la sociedad leonesa es lógico que exija un esfuerzo a una multinacional que ha logrado importantes beneficios en Villadangos y que se ha beneficiado de unas ayudas públicas también millonarias.