TRIBUNA
El escorpión, la rana y los renacuajos
P edro Sánchez ha versionado la popular fábula ‘el escorpión y la rana’ por otra cuyo título bien podría ser ‘el escorpión, la rana y los renacuajos’. Recordemos que en la fábula un escorpión suplica a una rana que le ayude a cruzar el río prometiendo no ocasionarla ningún daño, pues de hacérselo, ambos morirían ahogados. La rana accede subiéndole a sus espaldas, pero cuando se encuentran a mitad del trayecto el escorpión pica a la rana. Ésta, muy sorprendida, le pregunta incrédula: ¿cómo has podido hacer algo así?, ahora moriremos los dos. El escorpión responde: no he podido evitarlo, es mi naturaleza. Y juntos, los dos, se ahogaron en las aguas del río.
Después de unas primeras elecciones generales, perdidas y con malos resultados, PS quiso hacerse con los principales puestos políticos del Estado. Para ello necesitaba una rana útil. Fue eso, y no otra cosa, en lo que pretendió convertir a Rivera al firmar el acuerdo «para un gobierno reformista y de progreso». Aseguró primero la presidencia del Congreso de los Diputados para ‘pachinadie’, e intentó a continuación ser investido presidente del Gobierno, dejando al descubierto sus ambiciones personales. Pero la buscada investidura fue rechazada. El refranero español enseña, al referirse a la avaricia, que: ‘quien todo lo quiere, todo lo pierde’. Pero el escorpión nunca pierde su condición.
Unas segundas elecciones, también perdidas y con resultados aún peores, en las que el PSOE obtuvo el menor número de escaños en democracia, no le hicieron cambiar de actitud. PS prefirió actuar como el perro del hortelano. Para impedir que Rajoy fuera investido presidente, que había sido el candidato más votado y que contaba con el apoyo de Rivera, se obcecó en que votaría ‘no’ y que tampoco se abstendría para facilitar un gobierno del PP. Tuvo que intervenir el Comité Federal del PSOE para poner cordura en la locura, pero sus bases radicalizadas y guerracivilistas (los nietos peores que los abuelos) le situarían de nuevo en la secretaría general del partido para hacer y deshacer a su libre albedrio. Ramalazo autoritario. ‘Modelo Maduro’ en acción. El escorpión nunca pierde su condición.
La versión sanchista de la popular fábula estaría protagonizada por el escorpión (PS), la rana (PI, o sea, 3,1416) y unos renacuajos (un ‘tótum revolútum’ de extremistas que persisten en la inequívoca idea de aprovechar cualquier ocasión para aniquilar la nación).
PS necesitaba un 11-M para alcanzar la presidencia del Gobierno. De no ser así, difícilmente lo hubiera conseguido. ZP precisó del 11-M, un golpe ‘modelo bomba’. PS lo ha conseguido por medio de otro 11-M, otro golpe, pero ‘modelo Frankenstein’. ZP ganó unas elecciones, aunque a base de agitación, intoxicación y acoso a sedes rivales. Sin embargo, PS, que perdió elecciones, aprovechó la deslealtad a MR, el cinismo con su propio partido y un disimulado tacticismo a diestra y siniestra, para colocarse en la Moncloa. Un juez, detonante del nuevo 11-M, y ‘la otra manada’ liderada por PI, a los que unía el más bajo de los sentimientos, su odio visceral a MR y su obsesión por echar del gobierno (y de la política) al PP, contribuyeron en el deseado asalto a los cielos.
PI no ha descubierto aún que el proyecto de PS es personalista, en el que no hay lugar para otro. ‘Modelo Maduro’. Su autosuficiencia ha virado del ‘no es no’ al ‘yo es yo’. Populismo, tacticismo, oportunismo, egocentrismo, narcisismo e infantilismo son sus señas de identidad. Mientras, el tonto-rana útil ha de soportar los suaves, calculados, lubricados y narcotizados pinchazos que con regocijo y a conveniencia le administra un desagradecido escorpión. Le descartó en la formación del gobierno, le ninguneó en la oscura elección de consejeros de RTVE y le mantiene alejado y oculto de la necesaria presencia política en los medios. Despreciado, engañado y desactivado, las encuestas le sitúan en la irrelevancia. Solo queda esperar el momento en el que PS le inyecte el veneno de gracia.
Realizar el trabajo sucio a PS supondrá el suicidio político de PI. La incapacidad de PI para rentabilizar haberse convertido en el costalero de PS solo puede superarla con un cambio de estrategia. O la rana se desprende del escorpión abandonándole a su suerte o el escorpión le infligirá el aguijón definitivo. Rectificar o morir. PS o PI.
Por su parte, los renacuajos, ese ‘totum revolutum’ de comunistas, filoterroristas, anarquistas, golpistas, nazionalistas y fascistas de izquierdas y derechas, conocedores de las debilidades del escorpión y siempre preparados a pescar en río revuelto, no dudan en acudir en su auxilio previo pago de hipotecas y letras de cambio. Presionan y apremian a PS. Los catanazis avisan que «el periodo de gracia se acaba» y exigen pasar de las palabras a los hechos, mientras que los vascotraidores reclaman el traspaso de prisiones y meter la mano en la caja de la Seguridad Social.
El escorpión nunca pierde su condición. La maldad forma parte de su naturaleza. Con Pedro Sánchez «vuelve la vieja terapia cambiando la programación» (L. Riestra). Urge sacarlo de la Moncloa, aunque sea por Decreto-Ley.