la liebre
Ictericia
Cómo estará ya de saturado el sistema circulatorio por el nivel de la bilirrubina que bombea el hígado para que haya terminado por contaminar de ictericia el mejor escaparate con el que soñaron los Productos de León en años. El foco de Masterchef Celebrity, embutido en el formato resobado pero resultón de los cocineros estrella y las estrellas cocinero, se llenó de corazones amarillos encima de la mesa y en las solapas de los asistentes para recordarles que quien pagaba la fiesta no iba a prescindir de sus derecho de pernada, ni de la ocasión de presumir de la capacidad para uncirles al yugo de su carro. En el prime
time de la noche del domingo, con picos de audiencia de 3,5 millones de espectadores asomados, pese a la competencia feroz de la parrilla en la que se ofrecía el edredoning de Gran Hermano VIP y el helicóptero de Calleja por los cielos de la isla de Hierro, Tierra de Sabor nos adobó el menú de bienes
de la tierra y el campo leonés con su marca omnipresente y un segundo plato de solomillo de ternera de Ávila. Como si no hubiera aquí carne de la que se derrite en el paladar con el chascar de la lengua que hubiera que ir a buscarla a las faldas de la sierra de Gredos, la Junta abrió el paraguas de su sello para tapar una vez más el hueco que reclamaban las 16 marcas de calidad leonesas y enmarañar el discurso
que debía aprovechar el buque insignia de la agroalimentación para tirar de esta provincia.
A pesar de las menciones casi de soslayo a las castañas, las cerezas, el queso de Valdeón y la cecina —deslizada como producto de Castilla y León—, el formato televisivo de éxito sirvió para que la administración autonómica asentara su estrategia de uniformizar la oferta para igualarla por abajo y
confundir la identidad, dentro de ese juego con el que acostumbra a tomar el todo por la parte cuando le viene bien. El trampantojo enmarcó el producto que la productora privada ceba con las facturas que cursa a las sedes que quieren ser escenario —como ya ha hecho la Junta en Segovia, León y hará en Palencia— y que luego sirve emplatado a la televisión pública para que pase por caja.
La digestión dejó como mejor recuerdo los planos en contrapicado de la Catedral, exhibida desde la fachada del balcón de Puerta Obispo, para aliviar el ardor de estómago de tragar con tanto corazón amarillo.