Diario de León

TRIBUNA

¡Viva la nueva banca! Llegan los ‘robo advisors’

Publicado por
Yawar Nazir Alonso Doctor en Derecho Financiero y Tributario. MBA IE
León

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E n un reciente artículo publicado en esta Tribuna, analizaba las bondades que para los ahorradores traería la directiva Mifid II. La principal consecuencia para el ciudadano de a pie se centra en el mayor nivel de exigencia y concreción de las obligaciones de información al cliente y la prohibición de los incentivos o retrocesiones con el objeto de evitar conflictos de interés.

Recordemos que las retrocesiones son la parte de la comisión de gestión que el comercializador de un fondo de inversión percibe por parte de la sociedad gestora del mismo y que ascienden como media a más del 60%. Es decir, gana más el comercializador que el gestor.

Por fin el Gobierno ha avanzado en la transposición al ordenamiento español de la citada Directiva, mediante el Real Decreto-Ley 14/2018, de 28 de septiembre, por el que se modifica la Ley del Mercado de Valores. Sería mucho suponer que en próximas fechas se apruebe el reglamento de desarrollo. De hecho el sector no lo espera hasta bien entrado 2019.

No debemos pensar que el ¿doctor? (sic) Sánchez ha entrado en un periodo de sensatez, ya que esta directiva debería de haber estado integrada en la normativa española como fecha límite el 3 de julio de 2017, plazo obviado en este momento sólo por España y Eslovenia. La urgencia, y por ello la necesidad de un decreto ley, se justifica en su exposición de motivos ante la interposición por parte de la Comisión Europea de una demanda ante el TJUE y el inicio de un procedimiento sancionador, con la amenaza de una multa considerable además del consiguiente descrédito por la incertidumbre regulatoria.

Ya habíamos comentado la inexplicable falta de tramitación por el Gobierno anterior, máxime cuando no se trata de una norma de especial complicación técnica ni ideológica y ya estaba redactado un anteproyecto a principios de 2017. No abundaré más en su desidia.

Por tanto, desde ahora, las retrocesiones están prohibidas en el asesoramiento independiente y gestión discrecional de carteras. En consecuencia, en estos supuestos se cobrará una comisión explícita, por lo que se invertirá en fondos de inversión «limpios», es decir de una clase con menores comisiones, ya que no podrán retroceder parte de ellas al comercializador. Este proceder ya es común en banca privada y banca personal.

Sólo se permitirá la percepción de retrocesiones cuando se justifique por la mejora de la calidad del servicio prestado al cliente y siempre que el incentivo no genere unicamente un beneficio para el comercializador, sino que exista un beneficio también para el cliente.

Hasta ahora, las entidades financieras no debían justificar el haber realizado un asesoramiento para cobrar una comisión. En banca minorista, es decir, la sucursal normal a la que accede la mayoría de la población, actualmente sólo se ofrecen fondos de inversión de la propia sociedad gestora del grupo, producto propio. En adelante, para justificar las retrocesiones deberán ofrecer al cliente, entre otros servicios, Fondos que sean de terceros, para aportar valor añadido y mejorar la competencia.

Los grandes bancos ya estaban creando productos para ajustarse a la nueva normativa, como BBVA Invest, SO:FIA (Santander Orienta: Finanzas, Inversión y Ahorro) o Smart Money de Caixa Bank. Sin embargo, no dejan de ser plataformas y herramientas con test de idoneidad o supermercados financieros como ya existen en banca privada o en boutiques financieras y que funcionan como autoservicio.

En el sector también se está potenciando la figura de las carteras delegadas, es decir, al cliente se le ofrece una cartera de fondos de inversión adecuada a su perfil de riesgo o temporal. A cambio, el ahorrador sabe cuánto le cuesta el servicio, ya que se le cobra una comisión explícita.

Y es en este producto, carteras delegadas, donde la realidad, como siempre, se ha adelantando a la legislación. La transformación digital del sector cambia la manera de comercializar fondos de inversión al surgir los robo advisors, haciendo que las fintech, empresas que aplican la tecnología a la inversión financiera, evolucionen en wealthtech, intentando acercar la banca privada a todo tipo de inversores, sirviendose de la gestión automatizada.

De eso trata la figura del robo advisor, gestor automatizado que elabora carteras de fondos de inversión a medida, en base a un sencillo cuestionario que se rellena digitalmente y que luego es procesado bien por algoritmos propios (robo advisors puros) o por un comité de inversión humano (cyborg advisors). La asignación de activos se realiza cada cierto periodo de tiempo bien automáticamente (robo) o con concurso humano (cyborg). A otro nivel de banca privada, seguirán existiendo asesores humanos apoyados tecnologicamente en contacto directo con el cliente. Estos apoyos al asesor los define como robo assistants Bernhard Hodler, CEO de Julius Baer, mi antigua casa.

De esta manera se democratiza la inversión y deja de tener sentido acudir a una sucursal bancaria para rellenar un cuestionario y elaborar un perfil, ya que se puede hacer digitalmente.

Incluso empieza a haber entidades bancarias tradicionales que ya tienen su departamento automatizado, como Bankinter con Popcoin. A modo de ejemplo cobra un 0,6% anual por carteras de fondos de inversión que tienen una comisión media del 0,7%, cambiando mensualmente las posiciones.

Otras fintech no ligadas a un grupo bancario pueden ser más baratas mediante la gestión pasiva con Fondos Indice. Nombres como Finizens, Indexa Capital, Finanbest, inbestMe, Nutmeg, Scalable Capital o Moneyfarm van a empezar a ser muy conocidas en el sector del ahorro. Y eso antes de llegar Apple o Amazon a por su parte del pastel.

Siguen sin correr buenos tiempos para los tradicionales empleos bancarios. La digitalización del sector es imparable e irreversible. Actualmente, en todos los sectores, hay trabajos que en el futuro no existirán, al igual que mañana habrá trabajos que hoy no conocemos. Mientras tanto, me temo que en España seguiremos con una mezcla del Circo de los Sanzini Brothers (Adolf, Rudolf, Christof y Jakob), del que nos habla el maestro de la ironía Frank Zappa y la novela de Agatha Christie «And then there were none» («Diez negritos» en español), en la que quedaba un personaje menos en cada capítulo. Todo trufado del adanismo marca de la casa, claro.

P.D. En el próximo artículo hablaré de las Socimi (Sociedades Anónimas cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario. Ya se oyen voces a la izquierda del arco parlamentario queriendo ver en ellas la causa de todos los males de la vivienda y posiblemente sea lo contrario. ¡Pero, oh casualidad. Las citadas sociedades fueron creadas por el gobierno Zapatero en 2009!

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