fuego amigo
Escorias del carbón
Ahora que se pregonan a diario proyectos para organizar unos funerales justos o cuando menos dignos del carbón, en las cuencas desoladas por el abandono de explotaciones mineras, después de siglo y medio de actividad, quiero mostrarles un ejemplo de la anterior fase de cierres y clausuras: hecha no mal, sino peor. Como el anuncio de la llegada de Asludium, fabricante de bobinas de aluminio, al polígono de Carrocera, ocupó portadas y espacio en los telediarios entre julio y octubre, seguro que les suena, aunque ya no tengo tan claro que después del ruido sepan muy bien cómo acabó el enredo. Recordarlo en este momento tiene un provecho indudable, que confío pueda servir para que no se repitan y multipliquen los atropellos.
El polígono de los Avezales de Carrocera pertenece al reparto del Instituto de Reestructuración Minera de Paloma Sendín; coetáneo, por tanto, de los concesionarios automovilísticos Uría, de Oviedo, y Norte, de Gijón, promovidos por Pérez Villar, vicepresidente económico de Aznar condenado por el Supremo, aunque sin ingresar en prisión como el siguiente. Suma, pues, un cuarto de siglo ineficiente. Pero mientras el negocio de los coches marcha a todo gas, aunque tenga poco que ver con la reconversión minera, el polígono de mi pueblo perdió el jueves pasado 60 millones de inversión y cien puestos de trabajo en la reunión de la empresa con la Junta, celebrada en el edificio de la perla negra, en Valladolid.
La lanzadera autonómica derivó el proyecto hacia Villabrázaro, polígono tutelado por su organismo Ade Parques. Y no es el único chasco de los Avezales. Hace diez años, el presidente autonómico Herrera anunció con todo lujo de detalles una fábrica de Pellets promovida por el Ente de la Energía de Castilla y León, con un coste superior a los dos millones de euros (400 de pesetas), con cargo al presupuesto de 2008. En abril de 2011, la Junta concedió una subvención de 4.700.000 euros al ayuntamiento de Carrocera para construir una nueva fase del polígono, situado junto al peaje de La Magdalena. Las noticias más recientes son el anuncio de huida de Imatec y la fuga de Asludium, por carecer de suelo industrial en el polígono para sus necesidades de expansión y de instalación. Una avisa que se traslada a Onzonilla y la otra se fugó a Villabrázaro, junto a Benavente: dos localizaciones estrechamente vinculadas a la reconversión minera. Porque, resumiendo mucho, el polígono de mi pueblo, con un cuarto de siglo de existencia, carece de suelo industrial, aunque ostenta la extravagancia de una rotonda que entorpece la CL-623, construida por la misma administración que durante un cuarto de siglo no ha tenido tiempo ni ocurrencia de calificar como industrial el suelo del polígono.