La ‘humildad’ del ministro Ábalos

C on motivo de la festividad del Día de los Santos, el ministro Ábalos mantuvo una reunión en un cementerio de Valencia donde parece que están allí enterrados varios seres que, en vida, pelearon en el bando republicano en nuestra espantosa Guerra Civil. Estuvo acompañado de militantes y simpatizantes del PSOE, como no podía ser de otra forma.

Naturalmente, cuando se celebra una reunión, sea de tipo que sea, y esa reunión tiene como protagonista a un ministro del Gobierno, nada más fácil que, en un momento determinado, largar un discurso comentando cualquier tema que tenga actualidad política y que, comentarlo, sea meter el dedo en la llaga de adversario político.

El ministro Ábalos no iba a ser menos e hizo algunos comentarios sobre la traída y llevada exhumación del cadáver de Franco. ¿Ya cansa este tema, verdad? Y naturalmente se metió con la familia del que fue durante cuarenta años Jefe del Estado español. Eso es historia que no puede cambiar ni el Sr. Ábalos

La sabia naturaleza no le ha otorgado cualidades de orador al Sr. Ábalos, qué se le va a hacer. Sin embargo, osadía, cualidad de la que hacen alarde en general las huestes socialistas, eso si. Se mete en charcos innecesarios a la vez que da lecciones para salir de ellos. Así es él.

Una de las cosas que pidió a la familia de Franco, fue un poquito de «humildad» (dijo la sartén al cazo), y no se quedó ahí, aconsejó con cierta sorna cochinera que hicieran un esfuerzo de patriotismo, ellos, la familia, que tanto alarde han hecho desde siempre de ese patriotismo.

Primera providencia; ¿sabrá de verdad el Sr. Ábalos lo que significa la palabra «patriotismo»? Tengo serias y fundadas dudas. Pero no hay problema, saldrá del atolladero entre aplausos de los suyos.

La razón de todo este guirigay que se está organizando, que está organizando el Gobierno con la exhumación de Franco es que se están dando cuenta, son conscientes, que el cuerpo del dictador en la Almudena, tendría más protagonismo que estando donde está, en el Valle de los Caídos. Se dan cuenta y no saben como echar marcha atrás.

La visita de la vicepresidenta Calvo al Vaticano para hablar y pedir árnica para arreglar el entuerto, es de los ridículos notables con los que nos viene obsequiando ente Gobierno. Para ellos no, naturalmente. Para la Iglesia y el resto de mortales, sí.

En el fondo, qué difícil es la política, pero algo tiene cuando impone esa atracción en líneas generales que hipnotiza a sus practicantes. Cuando estás en la oposición, todo vale, no hay vergüenza ni freno alguno en pedir, reclamar, contradecir, protestar, etc. etc. Pero cuando estás ejerciendo el poder todo cambia y lo que era blanco comienza a oscurecerse. Surgen más mentiras y todo tipo de acciones que lleven a la conservación de ese poder. Pero surge también la capacidad de engañar con cierto tipo de decisiones. Y también distorsionar, cambiar y, en todo caso reconducir algo que llevaba una dirección y, súbitamente, por decisión del Presidente se cambia el paso.

Hemos vivido estos últimos días el tema de la sentencia sobre la prisión de los políticos del proces. Se dice que el Presidente ha «invitado» a la Fiscalía a que se les condene por sedición y malversación pero no por rebelión. Y, me pregunto; teniendo un tema tan importante y grave como ese, ¿al Sr. Ábalos le preocupa y quiere dar lecciones de «humildad» a la familia de Franco?

¿Por qué no les recomienda algo a los del Tribunal, a la Fiscalía o a alguien que sea capaz de sentenciar como debe ser y no obedeciendo órdenes? Seguro que también tiene solución para eso, lo que ocurre es que quizá eso no le interese, vamos digo yo.

Este ministro Ábalos tiene mucha guasa. Por hablar que no sea. Vino a León hace un par de meses o tres para inaugurar 14 kilómetros de la autovía León Valladolid o Valladolid León. Vino, inauguró, dijo que todo estaba en orden para continuar con la obra, se marchó y si te he visto no me acuerdo. Esa autovía quien sabe cuando se terminará. Pero hablar es facilísimo.

Estamos condenados a conocer nuevas decisiones que tomará el Gobierno de España pero siempre hipotecados con los compañeros de viaje que les ayudaron a llegar al poder. Y ahora, sencillamente, se está pagando el peaje de esas ayudas. Pero conviene decir que esos pagos, al final y como siempre repercuten en el honrado trabajador que cumple con su obligación laboral cada día y teniendo ganas de protestar, no lo hace. Todavía.

Sr. Ábalos, recapacite vd. un poco, solo un poco hombre, y no ponga siempre la culpa en el partido de enfrente. ¿Vdes. siempre hacen todo bien? No creo que se lo crea ni vd.