De tetas y mamógrafos

Parece ser que está mal visto ver una teta en las redes sociales. Una simple teta que no se mete con nadie, uno de los símbolos por excelencia de la mujer, abanderada de la lucha contra el cáncer. Una teta.

En cambio, yo veo asuntos de lo más surrealista en estos escaparates virtuales. Animales ensangrentados víctimas de la violencia de cualquier desalmado, fechorías a niños, noticias falsas y un sinfín de estupideces. Pero, oye, una teta es difícil de encontrar. Casi imposible, porque la censuran.

Comento esto porque a mi me ha pasado. El otro día, mismamente. Quise subir a una red social una imagen de un mamógrafo haciendo lo que tiene que hacer, una mamografía al pecho de una mujer. Tras varios intentos sin éxito, me percaté de un mensaje en el que la red social hacía alusión a mi ‘falta’ —leve, pero falta al fin y al cabo—, además de dejarme bien claro que me penalizaba por tal acción. Me quedé perpleja porque nunca pensé que esa foto pudiera darme problemas. Un mamógrafo analizando una mama. Sin ninguna intención más que la de dar a conocer una buena noticia, la llegada de nuevos mamógrafos a León. Pero no pudo ser. La censura lo impidió.

Es absurdo, ridículo y ñoño. Y me pregunto qué ven en una imagen así, carente de cualquier sensualidad, quienes la han prohibido. Ni siquiera resulta sugerente. Porque, señores censores, el escenario cuenta. No es lo mismo una teta bronceándose en la playa —que tampoco es para escandalizarse— que una teta pasando una prueba de salud. Una prueba que, por cierto, resulta esencial para evitar o coger a tiempo una enfermedad grave que afecta y mata a muchas mujeres. Y también a algunos hombres.

¿Eso resulta obsceno, hiere la sensibilidad de alguien? porque la mía no, aunque está bien claro que el asunto me molestó. Me enferma la doble moral. Los modernos para algunas cosas pero anclados en lo retrógrado. Pervertidos camuflados bajo una apariencia que, se supone, ha de ser la correcta. Modernos tecnológicos que son en realidad carcas. Porque es respetable que alguien vea cosas donde no las hay. Eso sí, no molestes.