EDITORIAL | Un cierre para las térmicas que no tiene en cuenta los graves efectos
La provincia de León ultima los preparativos para la movilización ciudadana que ha sido convocada para este jueves, día 15, para reivindicar su futuro. Y lo hace con un mazazo histórico. Las centrales térmicas de la provincia tienen fecha de defunción. Los planes del Gobierno zanjan la posibilidad de que al menos se salvase alguna para poder mantener la actividad económica en la provincia y también aunque ya sea de modo residual una mínima extracción de carbón. Según están las cosas todas las centrales de Castilla y León, incluidas las tres que tiene en funcionamiento la provincia, serán clausuradas a corto plazo.
Y el problema de verdad es que ni siquiera existe un plan alternativo. La influencia económica del carbón era inmensa en León y la de las térmicas es muy notable, especialmente en los ejes La Robla-León y Cubillos-Ponferrada. Tras años de incertidumbre llega la decisión final tantas veces augurada sin que nadie hiciese nada verdaderamente eficaz. Si el futuro de la provincia estaba en entredicho con este varapalo conocido ayer parece que sobran las razones para que León alce su voz con fuerza y respalde la iniciativa de sindicatos, partidos, colegios profesionales e instituciones, porque en juego está su propia supervivencia.