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Publicado por
León

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Propone la ministra Celáa que un suspenso no sea motivo suficiente para no pasar de curso. De primeras parece algo alarmante y le ha caído ‘la del pulpo’ porque quienes critican su plan dicen que esa medida de la titular de Educación lleva implícito un demoledor mensaje «contra la cultura del esfuerzo».

Yo me pregunto si este sistema educativo nuestro fomenta realmente el esfuerzo porque yo no lo veo por ningún sitio. La educación que se imparte hoy en los colegios fomenta la competitividad, el aprendizaje forzoso, el memorizar las lecciones que tocan para después ‘vomitarlas’ en un examen sin que quede apenas nada en la memoria a largo plazo... todo para cumplir con unos parámetros que fija la administración de turno y que poco o nada tienen que ver con los intereses y las necesidades de los alumnos.

Y el sistema, claro, falla por todos los sitios. No lo digo yo, lo dicen los resultados. Y lo dejan claro. Esto no funciona.

Hace falta menos teoría y más práctica. Los colegios deberían enseñar a resolver problemas reales (de los de hoy en día), a respetar, a ‘andar por la vida’. Además, claro está de lo obvio que es transmitir conocimientos.

Pueden llamar la ley como quieran, Lomce, LOE, LGE... o seguir alimentando el trajín normativo que nos traemos desde hace años, pero el problema sólo se solucionará si se ataja desde la raíz.

El alumnado está desmotivado, no tiene interés en ir a clase ni en atender lo que les cuentan, no se sienten identificados con lo que se les plantea. Están en otra dimensión y es ahí a donde hay que llegar.

Dice el informe Pisa que poco más del 30% de los estudiantes españoles de 15 años cree que el éxito académico se logra a través del trabajo duro. Le esfuerzo es importante, claro que si, fundamental, pero es infinitamente más fácil esforzarse cuando uno está motivado. Y eso no se ha tenido en cuenta hasta ahora.

La ministra habla de acabar con la ‘meritocracia’ y de fomentar la autoestima, la gran olvidada. A partir de aquí comienza todo lo demás. Empecemos la casa por los cimientos. El mundo está lleno de expedientes brillantes, plagados de méritos y también de personas con la autoestima por los suelos. Toca reforma.