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León

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Las cosas claras, pero el empleo es escaso

Q ué difícil es encontrar trabajo siendo joven. Qué poco recomendable es terminar los estudios universitarios y buscar una oferta digna y justa en la sociedad actual. Jóvenes en la flor de la vida, pero no en la flor del trabajo, que estudian la carrera de sus sueños, el máster de sus sueños, con la intención de encontrar el trabajo de sus sueños; pero se encuentran con ofertas de empleo abusivas y hasta agresivas. Hablo de la gran mayoría de las empresas que ofrecen prácticas o becas que incluyen tres puestos de trabajo en uno, con un sueldo que no supera los 300 euros mensuales, en la gran mayoría de los casos; y pidiendo más años de experiencia de los que nadie puede tener, pues cómo van a obtenerlos, si ninguna empresa quiere dárselos. La única alternativa que hay es abandonar el país de origen para buscar un futuro mejor.

Los jóvenes intentan crecer laboralmente en otro país, y lo hacen por obligación, supervivencia y como último recurso. Por supuesto, hay personas que se quejan de que los jóvenes españoles abandonan nuestras fronteras para trabajar en el extranjero, y no se engañen, son las mismas que publican este tipo de ofertas; y aquellos padres que ven cuyos hijos se consumen en casa con los brazos cruzados, mientras envían currículums a mil empresas buscando un trabajo que supere el sueldo anteriormente citado, y cuya respuesta siempre es la misma: un rotundo ¡no! Así que, me permito el lujo de cambiar el dicho: ‘las cosas claras, pero el empleo escaso’.

MARINA BURÓN GUTIÉRREZ

El envoltorio

A nte un paquete regalo casi nadie presta atención al envoltorio y todos ansiamos conocer su contenido. Sin embargo, ante las personas, solemos fijarnos más en la envoltura que en lo que hay en su interior. E incluso, una vez reconocido el valor interno, tal vez sigamos más interesados en el continente que en el contenido.

Es decir, que, a pesar de ser seres pensantes, seguimos guiándonos más por el instinto que por la razón. Y este hecho se da, sobre todo, en la elección de pareja, pues se sabe, por ejemplo, que los animales eligen a sus parejas entre los mejor constituidos, es decir los más fuertes y simétricos, porque esas características significarían que gozan de buena salud y, por tanto, asegurarían una descendencia más sana y robusta. Sin duda, la naturaleza tiene reglas poderosas que también a los humanos nos hacen claudicar.

Sí, ya sé que también nos enamoramos de la inteligencia y de los valores personales superiores, pero el envoltorio de nuestros cuerpos sigue siendo un valor nada desdeñable para tener buena autoestima, encontrar pareja, trabajo o incluso amigos; o un motivo para ser rechazados por nuestro aspecto o color de nuestra piel.

pedro serrano

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