EDITORIAL | La falta de médicos no debe convertirse en la normalidad que vive la provincia

En todo servicio público es admisible un margen de error o de problemas porque la realidad impone que no todos los factores son controlables. Pero existe un límite en el que ya se pone en evidencia que algo se está haciendo mal cuando casi a diario se suceden las deficiencias en la atención a los ciudadanos en algo tan fundamental como es la sanidad. Ahora llegan nuevas quejas desde distintos puntos de la provincia y no puede ser calificado en ningún caso como algo novedoso. Desde Astorga se critica el grave déficit en la consulta de Pediatría. Existe indignación política y ciudadana, y la respuesta parece insuficiente, porque se culpa de lo que está ocurriendo al sistema de citas que se genera a través de internet.

En el municipio de Chozas de Abajo también hay problemas en tres pedanías. Las juntas vecinales de Cembranos, Ardoncino y Banuncias lamentan el deficiente servicio a su población, a pesar de que acumulan en la actualidad unos 1.700 habitantes: «estamos sufriendo múltiples y consecutivas carencias de consultas médicas, así como de prescripciones de recetas, debido a la no asistencia del facultativo médico o una asistencia limitada a escasos minutos».

Sacyl debería revisar sus procedimientos para evitar tanto nivel de incidencias.