cartas al director
La proporcionalidad del payaso
L a fiscal general del Estado ha pedido proporcionalidad a los juristas en su valoración del delito de odio. Y es que, al parecer, no sería proporcional que alguien terminara en una celda por algo hecho con humor. De momento lo que ha ocurrido es que han llevado hasta los juzgados de Plaza Castilla en Madrid a un payaso —así se ha autodefinido Dani Mateo— por sonarse la nariz con la bandera española en un sketch.
Lo cierto es que en nuestro país habrá un porcentaje de la población —no baladí— al que la escena en cuestión le hará gracia, y otro porcentaje —tampoco despreciable— al que no le hará ninguna. Y ahí es donde está la verdadera «gracia» de la cuestión. Porque un payaso, entendido como cómico, casi siempre maneja con maestría profesional la ironía, se desliza por el filo de la comedia, del chiste, o del sketch con una soltura que distingue perfectamente la libertad de expresión de lo que no lo es, y el buen gusto de la zafiedad.
La máxima de cualquier profesional del ramo es despertar la sonrisa en el espectador, mover su imaginación inteligentemente para que prácticamente la totalidad del auditorio entienda que lo suyo es mero ejercicio profesional cómico y no otra cosa. Si Dani Mateo no lo ha conseguido, quizá tendría que revisar su proporcionalidad profesional, para —en este caso— distinguir entre un buen y un mal payaso.
LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ
Prevengamos
C ualquiera puede concluir que prevenir no solo es más saludable, sino más rentable. Sin embargo, empleamos medios económicos y humanos ingentes para curar y exiguos para prevenir. ¿Se imaginan lo que nos ahorraríamos si fuéramos capaces de adelantarnos a los problemas para que estos no llegaran a ocurrir? Pero, desgraciadamente, somos más diligentes después de las catástrofes que antes de que estas ocurran.
Pongamos un ejemplo. Según los expertos, la resistencias antimicrobianas nos acercan a los tiempos en que la gente moría a causa de una simple infección; y ya suponen un gasto en salud a la UE de un billón de euros anuales. El buen uso de los antibióticos salva vidas, pero el mal uso ya está matando cada año 30.000 personas en el mundo y 3.000 en España. Sin embargo, aunque ya hay iniciativas para la optimizar el uso de antibióticos, echo en falta campañas divulgativas para prevenir esta inquietante amenaza financiera y de salud global.
PEDRO SERRANO
El valor de nuestros datos
T oda la información que dejamos en internet es muy valiosa para las marcas y las empresas. Incluso, como recientemente se ha visto, para los partidos políticos. Estamos absolutamente controlados. Muchas de nuestras aplicaciones y redes sociales controlan nuestra ubicación, porque nosotros lo permitimos. Nuestros datos se venden y compran. Pese a la nueva Ley de Protección de Datos, seguimos controlados por banners y miles de anuncios afines a nuestras búsquedas recientes, y nuestros datos siguen circulando por internet y siguen siendo comprados por empresas que saben acerca de nuestros gustos, hábitos, lugares más frecuentados, nuestro domicilio o nuestros amigos más íntimos. Concienciémonos realmente con el grave problema que supone publicar e introducir nuestros datos personales en distintas páginas webs y redes sociales.
maría miguel
Ladrones
C ada vez se escuchan más discursos xenófobos y se les da la espalda a los refugiados, una situación que se está agravando actualmente. Cuando ves por la televisión a un niño pasando hambre en África sientes pena, pero no se hace nada cuando está al lado, en tu propio país. Se juegan la vida viniendo en un bote y se les acusa como ladrones. Pero los auténticos ladrones no vienen en un bote ni están abandonados en un campo, están trajeados y sentados en los despachos oficiales.
ASIER MUÑOZ CALVO