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TRIBUNA

Milenario, centenarios y gastronomía en León

Publicado por
FRANCISCO ÁLVAREZ CASCOS vicepresidente de foro asturias
León

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U n año después de la efeméride del Milenario del Fuero de León y a punto de concluir el año de los tres Centenarios —XIII del Reino de Asturias, I del Parque Nacional de Picos de Europa y I de la Coronación de la Virgen de Covadonga— un grupo numeroso de asturianos, capitaneados por la alcaldesa de Gijón y honrados con la presencia del rector de la Universidad de Oviedo, acudimos el pasado 15 de diciembre a León. El destino del viaje fue la Real Colegiata de San Isidoro, sede del Panteón Real, para conmemorar el XIII Centenario también allí mediante una ofrenda floral de homenaje a los Reyes de León, realizada tras escuchar una lección de historia de la Colegiata dictada por su Abad, admirar el cáliz de Doña Urraca y asistir a una breve ceremonia en el Salón del Pendón de Baeza. Era el antepenúltimo acto del programa de ‘El foro de Asturias’ diseñado para suplir los olvidos oficiales del gobierno del Principado y realzar la importancia de los tres Centenarios cuyas efemérides celebra Asturias en 2018. No fue una excursión cultural de unos turistas, sino que encerraba un profundo significado para recordar y rendir tributo de gratitud a quienes construyeron la estructura, los cimientos y las raíces del gran edificio nacional que nos une a los españoles. En León quisimos simbolizar el reconocimiento al Reino de Asturias como ‘el embrión vivo de la nación española’ que el gran historiador abulense Claudio Sánchez Albornoz documentó magistralmente hace cien años.

La historia nos enseña que el profundo sentimiento de hermandad que nos une a los leoneses y los asturianos es muy antiguo. Los astures trasmontanos y los astures augustanos o cismontanos ya formaban un solo pueblo cuando las legiones romanas se empleaban a fondo para incorporar nuestros territorios al Imperio y fundaban León. Unos territorios que tenían en la Cordillera Cantábrica su espina dorsal y no su muro de separación. Por eso, cuando los Reyes de Asturias desplazaban la capital —Cangas de Onís, San Martín del Rey Aurelio, Pravia y Oviedo—, lo hacían en interés de la gobernabilidad del nuevo reino, teniendo en el horizonte la ampliación hacia la meseta del territorio hasta entonces protegido por las montañas que sirvieron de muralla al ‘asturorum regnum’.

El sentido de Estado de los Reyes de Asturias volvió a quedar patente cuando Alfonso III el Magno movió hacia el sur la capital, paso decisivo para alumbrar el Reino de León, tras un proceso de compleja sucesión al morir el último Rey de Asturias, Fruela II. En la Colegiata de San Isidoro hemos querido reconocer y homenajear a los Reyes de León como continuadores del legado fundacional astur. Aunque algunos hayan despreciado la trascendencia del XIII Centenario del Reino de Asturias con una miopía insuperable —puesta de manifiesto en el misérrimo programa oficial del Principado de Asturias y en la indolencia de los miembros del Gobierno— el Reino de Asturias cumplió una misión histórica en la forja de España y dejó una herencia espiritual, social y política que hoy, en estos tiempos de turbulencias independentistas, nos ampara solidariamente a todos los españoles, nos hermana una vez más a los leoneses y a los asturianos, y todos al unísono estamos obligados a preservar.

Así lo entendieron el alcalde de León, el abad de la Colegiata de San Isidoro y el abad de la Cofradía del Pendón, a quien mucho les agradecemos la excepcional hospitalidad con la que nos acogieron y el entrañable afecto que nos dispensaron durante toda la jornada. Así lo reconocimos las decenas de asturianos que tuvimos ocasión de disfrutar de León en el Año de la Capitalidad Gastronómica de España, y de admirar una ciudad pujante, viva y renovada que cuida su pasado para proyectarse hacia el futuro. León, además de capital hermana, es hoy un gran ejemplo para los asturianos. Gracias, León. Merece la pena volver.