EDITORIAL | Una experiencia fallida de la que se debe tomar nota
Los pacientes no han querido seguir el juego ideado por la Consejería de Sanidad para aliviar las salas de espera de los centros de salud. La experiencia piloto de las consultas telefónicas implantadas en octubre han sido un rotundo fracaso debido a la falta de confianza de los usuarios, que han preferido seguir desplazándose para ser atendidos en persona por los facultativos. Este tipo de prácticas sí ha tenido éxito en otro tipo de consultas, como la de pediatría, por lo que conviene analizar en profundidad en dónde radica el problema para que no haya salido adelante el sistema de teleconsultas, rechazado tan mayoritariamente que ni siquiera el 1% de los pacientes ha recurrido a él. La consejería vendió la idea asegurando que se trataba de ofrecer «mejores alternativas de acceso a los servicios». Sin embargo, a la vista de los resultados nadie se ha dejado engañar por una iniciativa que ya fue calificada como «barbaridad» por la asociación El Defensor del Paciente. Los usuarios le han transmitido un mensaje claro a los responsables del Sacyl y estos deberían tomar nota para futuros experimentos porque algunos de los argumentos esgrimidos, como que una consulta no presencial iba estar más acorde «con sus necesidades y expectativas», no han colado. Lo que tiene de positivo es que ya sabe la consejería que esta no es la solución, por ejemplo, para atajar el caos que se está produciendo en la atención sanitaria rural, por si se le había ocurrido a alguien trasladar al campo lo que no ha funcionado en la ciudad.