EDITORIAL: La bajeza política de reabrir heridas entre territorios para buscar votos

Quedan poco más de 130 días para las elecciones locales, autonómicas y europeas, y no son pocos los que se ven tentados en abocarnos a repetir los mismos guiones que han generado tanta distancia entre la ciudadanía y los políticos. La falta de respeto hacia unos mínimos democráticos de convivencia y tolerancia parece que saltan por los aires en cuanto se desempolvan las urnas. Vuelve el todo vale para quienes, como el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, consideran que para arañar un voto no existen líneas rojas.

Los ciudadanos recuerdan las fotografías que se hizo en este mismo mandato con el regidor leonés Antonio Silván para exhibir que se abría un nuevo tiempo de convivencia y trabajo en común entre ambas ciudades. Pero ayer olvidó todo y lanzó un mensaje, para los propios, reclamando que Valladolid capitalice la apuesta por el desarrollo en la Comunidad. Si precisamente tiene tantos problemas de desestructuración Castilla y León es porque el centralismo —que se intentaba romper con las autonomías— ha sido la pauta dominante sin atender debidamente a las reiteradas quejas de las otras provincias —y en muchas ocasiones sin escucharlas ni intentar entenderlas siquiera—.

Al alcalde León de la Riva (PP) parece que surge un alumno aventajado en el PSOE. Cuánto daño estéril con acciones populistas.