Diario de León
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FUERA DE JUEGO cARLOS FRÁ
León

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Mi buen amigo Juan Carlos defiende que las dos Españas realmente irreconciliables son las de la pugna sin fin sobre si la tortilla de patata debe llevar o no cebolla.

En un país tan aficionado al debate de todo, y a ser posible a voces y con descalificaciones, resulta gratificante cuando uno tiene la ocasión de intercambiar unas parrafadas con buen rollo. Pero donde más difícil se hace esto es en el mundo digital. Más allá de las cloacas en las que se han convertido todo tipo de foros, resulta llamativo el aislamiento frentista que generan incluso los llamado memes, esas bromas de mejor o peor gusto que agrietan en bandos la sociedad. A uno le llegan cosas que de algún modo le refuerzan sus posiciones porque en su entorno son las que comparten o, al menos, los que le envían a uno a sabiendas de que serán de su agrado. Y por ello resulta llamativo el comentario en voz alta de un ‘evento’ que se ha hecho viral en la red, porque se contemplan —incluso previsiblemente— quiénes lo conocen y quiénes se quedan mirando al tren como las vacas.

Mundos distantes que se intercambian poco más que descalificativos, y que suponen en ocasiones un problema de convivencia cuando la ausencia de neuronas o su desuso llega a niveles clamorosos. A mí personalmente nunca me llegan cosas contra mi club, salvo a través de dos compañeros —Miguel y Roberto—, uno porque es muy blaugrana y el otro porque es muy antimadridista. Hasta ahí, todo bien. Imagino que son mayoría los que han detectado mis preferencias blancas. Pero llega el riesgo en forma de prejuicios, porque quizá alguien haya tenido la tentación de establecer todo tipo de parámetros como consecuencia y haciendo bueno aquello que se decía en el franquismo del rojo-judío-masón... y no sé cuántas conclusiones más... todo un perfil más propio de los expertos del FBI en las películas yanquis. Quizá por ser tan blanco Rubalcaba nunca superó del todo las suspicacias en Ferraz.

Al final queda la sensación de que el gran hermano sigue ahí, enredando entre tanto poseedor de verdades. Puedo decir que conozco a una que es gilipollas y no por eso soy machista, ni creo que cometa violencia de no sé qué, porque a lo mejor también lo pienso igual del que está a su lado aunque sea gay. Cansa tanto juicio no pedido. Que cada cual se arregle su tortilla como quiera.

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