Exigencia clara del noroeste que debe seguir pase lo que pase en las urnas
La experiencia política acumulada por los presidentes de Castilla y León, Galicia y Asturias les facilita una autoridad que debería ser tenida en cuenta por sus partidos pase lo que pase en las próximas citas electorales. En abril toca renovar el Gobierno de España y en mayo la mayoría de las autonomías —Galicia no—, y todos los ayuntamientos y diputaciones. Este mandato que se cierra ha sido muy positivo para conseguir que el noroeste de España se haga oír y ponga altavoz a unos problemas que comparten sus territorios. Ayer, en Madrid, tres presidentes —dos de PP y uno de PSOE— mostraron de nuevo que son capaces de apartar sus evidentes divergencias para dar priorizar a las necesidades que tiene esta zona de España y que sólo se podrán paliar, al menos en parte, si se alcanza un equilibrio frente al poderío que ostenta el Levante.
En un desayuno informativo, ante representantes de todo tipo de instituciones, dejaron clara su exigencia porque la despoblación y la ausencia de fórmulas para competir en igualdad cuestionan seriamente la sostenibilidad de unos territorios que se han visto seriamente castigados en las últimas décadas.
La pugna entre autonomías es hoy un hecho real que quizá no debería darse. Pero los sucesivos gobiernos y la mala actitud de los partidos ha impulsado una insolidaridad que en el fondo está detrás de esas tensiones territoriales que tanto daño están generando.
