Moscas a cañonazos

La decisión del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Castilla y León de suspender cautelarmente la caza de cualquier tipo de especie en todo el territorio de la Comunidad es de esas noticias que tienes que leer dos veces para conseguir asimilarla. Los propios responsables de Pacma, el partido conservacionista responsable de la demanda que ha tumbado el decreto que regula la conservación de las especies cinegéticas, califican de «histórica» esta decisión judicial. Vamos, que están que no se lo creen. Hasta los informativos de Telecinco les dieron ayer su minuto de gloria, un minuto de gloria que nos va a salir muy caro, y no sólo desde el punto de vista económico, sino también ambiental que es lo que se quiere defender. «Este es un triunfo sin parangón, un primer paso que, desde Pacma, trabajaremos para replicarlo en el resto de comunidades de nuestro país», expresaban ayer los responsables de este partido animalista en su página web. Pero no creo que en otras comunidades ‘suene la flauta’ como ha sucedido en Castilla y León, donde en aras de proteger determinadas especies los jueces van a conseguir desequilibrar toda la fauna silvestre de la autonomía que lleva regulándose a través de los siglos mediante la caza. Es verdad que hay animales que están sufriendo la presión cinegética más que otros, como la perdiz roja, cuyo declive poblacional, que no se puede cifrar por falta de estudios específicos, ha sido incluso denunciada por los propios cazadores. Sería mucho más efectivo y sensato concentrar los esfuerzos en proteger esas especies, estudiarlas antes de que sea demasiado tarde y sacarlas de la consideración de cinegéticas, que suspender toda la caza de golpe para exigir informes poblacionales del resto, cuya conservación está perfectamente constatada en los planes de caza que se hacen anualmente en todos los cotos de la Comunidad, lo que beneficia a los ejemplares más fuertes de la cadena trófica, y perjudica precisamente a las más sensibles. Los jabalíes son un verdadero problema para la seguridad vial. Sólo en dos meses, el año pasado, causaron 225 accidentes de tráfico, por no hablar de la sarna en rebecos, corzos y cabras, que ya afecta al 75% de las especies en Picos de Europa, y que la caza ayuda a mantener a raya para que no se transmita a las cabañas ganaderas.