EDITORIAL | Solución urgente y clara para Las Médulas

Han pasado casi 22 años desde que la Unesco otorgó la designación como Patrimonio de la Humanidad para la mina romana del Bierzo. Supuso un hito histórico porque disparó el número de visitantes hasta unos niveles que eran difícilmente previsibles con anterioridad. Pero también consiguió atraer demasiadas miradas que no eran ni esperadas ni deseadas. Desde entonces el paraje arqueológico ha sufrido una continuada batalla de intereses, egos y egoísmos que han bloqueado una acción conjunta para conseguir dotarlo de los medios necesarios para realizar una promoción adecuada, una recepción ordenada de los visitantes y una gestión razonable de servicios imprescindibles para la movilidad o la seguridad. La llegada del buen tiempo y de manera especial la Semana Santa supone el punto de partida para otra temporada de turismo en Las Médulas. Y las carencias y los conflictos siguen sin un solución adecuada. Hasta ahora todo han sido fracasos en los intentos por unificar las cosas. Probablemente se esté maltratando en todos los órdenes un recurso de primer orden y un paraje singular al que el organismo de la ONU sí considera como de valor mundial.