El valor de la crítica fuera de tiempo
El ‘pinchazo’ de público en el debate de los cuatro exrectores de la Universidad de León puso en evidencia el escaso interés de sus opiniones en la ciudad y en la comunidad educativa. A lo mejor fue una de las razones para que sacasen a relucir su punto de vista más agrio. En un foro para analizar los 40 años de la ULE, que coinciden con los 40 que también celebra la Constitución española, se quiso contar con su experiencia para aportar un análisis sobre estas apasionantes décadas que ha vivido la ciudad, la provincia y la nación.
Y resultó llamativo que optasen por un revisionismo del que incluso huyeron ‘enemigos’ evidentes, al menos en lo político, como Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, que hicieron gala de un talante, una moderación y una educación envidiables. Ayer a los exrectores les surgieron unas ganas reivindicativas que quizá se echaron en falta cuando ocuparon el principal despacho de la ULE. Probablemente no les falte en el fondo razón sobre que existe una infrafinanciación de la enseñanza. Pero sería preferible y más útil que las exigencias se hiciesen en ‘activo’. Las críticas siempre son buenas en Democracia. Pero a toro pasado resultan, como mínimo, estériles y quizás un tanto cobardes.