Vasco y... ¿socialista?
A los socialistas de Guecho no les gusta que lleguen a sus costas buques de la Armada Española, y han firmado su protesta junto con el PNV y los palmeros de ETA, convertidos hoy en concejales. Los buques de la Armada están para defender las costas españolas y, en caso de invasión o conflicto, quienes primero sufrirían la falta de una defensa organizada serían, precisamente, las ciudades situadas en la costa. A Soria y a Zaragoza tardarían más en llegar. Me resulta tan extravagante como si Huesca y Teruel, provincias llenas de bosques, protestaran por el exceso de guardabosques o por la llegada de equipos especializados en contraincendios forestales.
Pertenecer al socialismo democrático no me parece ninguna rareza, sino algo bastante habitual en países tan civilizados y libres como Reino Unido o Francia. Lo que no me cabe en la cabeza es que laboristas británicos o socialistas franceses protestaran porque llegaran a Southampton, o a un pueblo de Normandía, barcos de sus respectivas armadas. Me extrañaría que sus conciudadanos lo entendieran, como no lo entiendo yo. Si un socialista vasco considera que debe alinearse con el bilduetarrismo y el nacionalismo vasco lo tiene muy fácil: se puede dar de baja en el socialismo y afiliarse al peneuvismo o al oteguismo. Cualquier cosa antes de vivir en la extravagancia y en la contradicción, porque resulta que la ministra de Defensa pertenece a un Gobierno socialista, y es quien dispone y ordena las rutas marítimas, y autoriza las maniobras, razón por la cual el Juan Carlos I llega a Guecho. Por cierto, la ministra no ha dicho una sola palabra a favor de la tripulación de un barco que provoca tal rechazo en esos socialistas. Y, tampoco, desde Ferraz se ha comentado nada. Puede ser debido a que ellos ya saben, y tienen experiencia, de que la doble condición de vasco y socialista produce personalidades extrañas, difíciles de descifrar desde el racionalismo.