Una deuda con el campo leonés que se debe cumplir
Más de 30 años ha tenido que esperar la comarca de Sahagún para ver llegar a sus tierras de secano agua de la montaña de Riaño. En 1987 se cerró la presa y sólo hace cuatro que se firmó el Plan Coordinado de Obras para desarrollar la transformación en regadío de estas parcelas, que se beneficiarán al fin del sacrificio de los nueve pueblos del valle que quedaron inundados. Cuatro años se han necesitado para poner en marcha un sólo sector de los 19 que están pendientes de desarrollar según las previsiones de aquel acuerdo de 2015 en el que la Junta y el Estado se repartieron las obras. Lo cierto es que la administración autonómica va cumpliendo lo previsto pero el retraso acumulado en la parte que debe realizar el Ejecutivo central está ralentizando la llegada de riqueza a esta zona tan deprimida del sur de León que, con la llegada del regadío, podrá experimentar un vuelco espectacular. La cuenta de la vieja nos diría que, a cuatro años por sector, las obras se alargarían hasta... 2091, una fecha inaceptable también para el Gobierno que salga de las urnas del 28-A. Por ello es prioritario tomarse en serio que estas inversiones lleguen, que las previsiones del Plan Coordinado de Obras se cumplan y que todos, los ayuntamientos de la comarca, sus juntas vecinales, la Diputación y la Junta, las organizaciones agrarias y los regantes se unan en reivindicar hasta la extenuación que el plan no se abandone. Aunque hay algún avance en los trámites, ya llevamos en realidad un año in albis . Y la zona de Sahagún está a un tris de convertirse en un solar.