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Publicado por
Juan Carlos Ponga Mayo INVESTIGADOR
León

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E n esta ciudad no se puede uno descuidar unos días porque cuando vuelve a pasear por algunas calles no las conoce porque han tirado ya dos o tres casas.

El equipo de gobierno del ayuntamiento se ha empeñado en que esta ciudad no se reconozca al término de su mandato y se ha dedicado a autorizar el derribo de casas por todos los barrios sin ton no son.

Unas veces las casas derribadas han sido sustituidas en un plazo prudencial por otras nuevas, en muchos casos con un gran aumento de ocupación de la parcela como en el caso de la casa que se está levantando en mitad de la calle de la República Argentina.

En algún caso no se ha derribado el edificio, pero se ha efectuado en él una reforma y una ampliación que el resultado no lo identifica nadie. Así está el reformado en la calle Ramiro Fernández Valbuena, que ha perdido la entrada de carruajes o el palacio de Hernando de Villafañe en la plaza de San Marcelo, del que solo se ha dejado la fachada y veremos como se remata o la casa que fue parte del palacio de los Valdecarzana en la calle de la Rua, del que también se ha dejado solo la fachada, de momento.

Sin embargo, lo más frecuente es que tras los derribos tengamos en la calle una llaga, es decir, un solar que está esperando que el precio suba para venderlo al mejor postor, es decir, que se ha derribado uno o varios edificios en la calle para preparar solares con los que especular durante años y sacar una buena tajada. En este caso se encuentran dos solares en la calle de Álvaro López Núñez.

Pero lo más sangrante de todo lo vemos en el casco histórico. Esta parte de la ciudad es la que se encuentra más desatendida en este tema y en la que se está efectuando la mayor especulación y el abandono de solares. Durante años llevamos soportando solares en la mayor parte de las calles, casi es mas fácil decir las calles en las que no hay solares sin edificar.

Así tenemos desde tiempo inmemorial un solar en los aledaños de la plaza de Santa María del Camino, plaza del Grano, un solar cada año más grande en la confluencia de las calles Santa Cruz y Tarifa, otro en la calle Zapaterías, varios en la calle de la Plata... y no hablemos del barrio de Santa Marina. Pero donde más se han cebado las autorizaciones del equipo de gobierno del PP ha sido en el conjunto de las calles de la Puertamoneda y de Herreros.

Hace años que en la esquina de las calles de Herreros y de Trastamara se tiró una casa de clara ascendencia medieval y se dijo que se recuperaría y llevamos varios años con el solar, esperando la nada; en la esquina de la calle de Herreros con la del Hospicio tenemos otro solar desde hace varios años; en los últimos meses se ha autorizado el derribo de cuatro casas, entre ellas una en la que nació Félix Gordón Ordás. Ahora se plantea el derribo de la casa parroquial de la iglesia del Mercado en la que hasta hace poco más de un año, si no me falla la memoria, vivió D. Enrique, el que fue párroco del Mercado y consiliario de las cofradías del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de las Angustias y la Soledad. La casa es una construcción del siglo XVIII que forma un conjunto muy interesante con las dos colindantes y que armonizan perfectamente con la iglesia del Mercado, que está enfrente.

Las calles de Puertamoneda y de Herreros forman parte del Camino de Santiago que fue inscrito por la Unesco, en el año 1993, en la Lista del Patrimonio Mundial y debe de ser protegido, lo que es competencia no solo de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, sino también del Ayuntamiento. Distintas corporaciones municipales se han empeñado en conseguir una declaración de la Unesco para algún edificio o para alguna parte de la ciudad; pura contradicción, la zona actualmente declarada, el Camino de Santiago, no se cuida y se ningunea, y, a pesar de esto ¿se espera que se conceda declaración para otro monumento o espacio urbano? ¿para qué? ¿para destrozarlo? A la vista de como se ha tratado el Camino de Santiago a su paso por la ciudad, en especial en estas calles, ¿alguien cree posible que se puedan conseguir otras declaraciones de la Unesco?

Es exigible al equipo de gobierno municipal que el Camino de Santiago a su paso por la ciudad mantenga su historia, unida a una armonía y un equilibrio que respete la arquitectura y el parcelario, lo que también debe de hacerse extensible a todo el Casco Histórico. Ahora le toca a la casa que la mayor parte de los leoneses conocen como la casa de D. Enrique, un buen edificio, que con una restauración acertada se puede mantener con todas las exigencias y servicios de la vida del siglo XXI. El derribo de esta casa es un atentado contra el patrimonio de la ciudad como lo ha sido el derribo de las casas que se encontraban en la confluencia de las calles de los Cubos y Carreras esquina a la calle Pelayuelo y si aquellas no se pudieron salvar, esperemos que esta casa se puede mantener en pie por muchos años.

La casa de D. Enrique no se puede tirar.