TRIBUNA
Primero la tempestad; ahora calma, pero menos…
H an sido semanas, las pasadas antes de las votaciones, llenas de mítines, de reuniones, de entrevistas, de viajes, en fin, de todo tipo de movimientos que influyeran en la mente del ciudadano para traerle a cada redil en una desesperada llamada del jefe de filas.. Y es verdad que la temperatura, la pasión, y las formas de presentarse cada candidato ante los suyos iba in creschendo, según se acercaba el día D. Kilómetros y kilómetros sin parar, con el objetivo de llegar y convencer a la mayor cantidad de indecisos posibles. Los otros, los que lo tenían claro desde siempre, no necesitan de nada. Son fieles y punto.
Y todo este trajín deviene en una auténtica tormenta por cada partido para llegar a su objetivo y todo eso multiplicado por muchos partidos. Demasiados. Pero una vez sufrida esa tormenta, es un verdadero sufrimiento, y como manda la lógica, los ruidos se callan y aparece la calma. La calma superficial, porque la política, en cierta manera es un no parar. Ahora porque hemos ganado, ahora porque hemos perdido, o ahora porque nos han echado.
¿Qué hemos aprendido los ciudadanos después de estas elecciones, las más concurridas desde hacía bastantes años? Lo primero de todo es que, consultar con el pueblo es algo muy sano y que aclara muchas dudas pero que también despierta muchas dudas que hay que resolver.
¿Por qué la sorpresa de la ciudadanía, en general, al conocer los resultados y dejar a un lado de una vez a las encuestas? Se habla tanto y tanto antes de ir a las urnas que, quizá sin querer, nos creemos mucho de lo que hemos hablado y después viene la sorpresa. Parecía que la gente, siempre en general, quería que Sánchez, saliera de la Moncloa y las urnas han dicho que se quede cuatro años más y que comience a pactar.
La gente, siempre hablando en general, quería que Casado, a pesar de la mochila que el pobre lleva arrastrando de las acciones pasadas de PP, fuera aceptado como un líder de derechas dispuesto a recomponer lo que tan mal estaba, por motivos de todos conocidos, y sin embargo, la urnas le han situado en una posición en extremo delicada. Veremos como navega para mantener e incrementar si es posible las naves.
La gente, siempre hablando en general, contaba con el gran salto de Vox que, viniendo de muy atrás, parecía que se estaba imponiendo y sin embargo, una vez más las urnas, les ha posicionado donde el ciudadano cree que deben estar. También mucho trabajo se les avecina por delante.
La gente, siempre hablando en general, le vio aparecer como un pancer que arrasaba por donde pisaba y sin embargo las urnas dicen a Rivera, a los de Ciudadanos, que van a tener mucha lucha por delante si quieren erigirse en la oposición aceptada para controlar al gobierno que es lo que ahora están buscando y no se si lo encontrarán.
La gente, siempre hablando en general, no ha querido apoyar de forma potente a los de Unidas Podemos. Al sr. Iglesias y a su troupe, una vez más las urnas les posicionan a cada cual en el lugar que le corresponde.
Esos cinco bloques importantes del circo político español, tienen ahora tiempo de reflexionar y preparar estrategias después de lo que han dicho las urnas y no las encuestas. Las urnas, siempre dicen la verdad. Las encuestas, a veces, no. Ahora se avecina otra tormenta, después de unos días de calma para preparar los argumentos a lanzar al electorado para finales de este mes de mayo.
No sé si fue el primer ministro Sr. Churchill quien definió a la democracia como el menos malo de los sistemas políticos: Puede ser. En todo caso lo que sí tiene la democracia es que, cada cuatro años, o a?ntes en algunas ocasiones, permite al ciudadano rectificar o insistir en su voto. Y eso hay que agradecerlo.
El pueblo español, nosotros, hemos votado el pasado 28 de abril y hemos dejado claro nuestras preferencias. Ahora, es labor de todos, cumplir con lo que se ha votado y apoyar para que el país, España, vaya adelante. Nadie nos va a regalar nada. Debemos hacerlo nosotros mismos. En caso contrario, sabemos a que estamos condenados, lo sabemos, vendrá otra tormenta aunque sepamos también que detrás conseguiremos la calma. Merece la pena pensar. Se trata de nuestro futuro.