EDITORIAL | Campaña electoral clave en una fase que no facilitará más alternativas
España se prepara para una especie de segunda vuelta electoral en la que de nuevo parece que aún quedan cosas por decidir puesto que el barómetro del CIS eleva hasta el 30% el porcentaje de indecisos. Anoche arrancó una campaña que se aventura fundamental porque en esta etapa política, marcada por la ausencia de mayorías, hasta el último concejal, procurador o diputado puede ser fundamental para la conformación de los gobiernos. Y es precisamente esa situación de multiplicidad de grupos en las corporaciones la que plantea dudas.
Evidentemente las urnas son soberanas y reflejan los deseos de la ciudadanía, expresados con sus votos. Pero la realidad evidencia que en la mayoría de los ayuntamientos de la provincia se ha producido una paralización preocupante durante los últimos cuatro años que ha impedido la vuelta de la actividad precisamente cuando las cosas económicas empezaban a sanearse. Cada formación encauzará sus discursos para movilizar a los suyos y atraer bolsas de votos de otras formaciones. Y sería deseable una campaña limpia, con propuestas claras, reales y factibles. Probablemente estas elecciones darán paso a un ciclo político de cuatro años que será fundamental para esta tierra.
El diseño y la puesta en marcha de fórmulas para avanzar hacia un futuro esperanzador tras el adiós a la minería y tantos tibubeos parece inaplazable. Las alternativas para retener a los jóvenes urgen. En muchos lugares de la provincia, si no se hacen bien las cosas, podría emigrar la última generación con capacidad para hacer sostenible su viabilidad. Quizá pasa el último tren.