EDITORIAL | Un precio justo para el productor
Cuatro años de crisis en el sector lácteo con un rosario de políticas impulsadas desde todos los estratos —europeo, estatal y autonómico— no han servido para concienciar sobre la relevancia de cuidar del productor para mantener activo uno de los baluartes económicos del mundo rural. El ganadero sigue teniendo la batalla perdida en la guerra de los precios de la leche porque la industria se empeña en decantar de su lado la balanza, sin dejar margen de maniobra al granjero que se agarra a lo que le ofrecen porque es eso o cerrar. Suben los costes de los piensos, de la electricidad y del gasoil y si en los nuevos contratos no se consolidan las subidas en el precio al productor, al menos las que se han ido registrando a lo largo del año, el ganadero cierra o vende ganado, lo que implica que su explotación pierde competitividad respecto a las de otros territorios y se abre ante sí un camino que solo puede ir a peor.