Puntualizaciones sobre el Leonés del Año

A finales de los años 60 del pasado siglo, Ramón Beberide Ledo, fundador y propietario de Radio León, emisora decana de la provincia, me contrató para dirigir la programación y la redacción e intentar con ello superar la pequeña crisis que en ella se había producido tras haberla abandonado sus más conocidos profesionales. Como amable persona y complaciente director que fue siempre conmigo confiaba que hiciera realidad las buenas referencias que decía tener de mí, sabedor de mi larga experiencia periodística con organismos e instituciones oficiales. Su trato preferente me acompañó y me distinguió en la emisora hasta su muerte.

En nuestros primeros cambios de impresiones le propuse, entre otros proyectos, que para reafirmar el liderato de la emisora acaso fuera oportuno llevar a cabo una idea que hacía tiempo venía madurando y que consistíría en elegir y premiar al personaje leonés que más se hubiese distinguido al cabo del año, contando para ello con la colaboración de los oyentes. Ganaríamos popularidad, prestigio y, sin duda, la cercanía informativa con los elegidos. Me dio su aprobación y autorización para realizar cuantas gestiones fuesen necesarias con una sola condición, que no nos costase mucho dinero. Su misión en la emisora, cuando sus viajes se lo permitían, siempre fue exclusivamente empresarial, velando naturalmente por su marcha económica y la nómina del personal.

Así que redacté las bases de la convocatoria y se lo consulté al entonces delegado provincial de Información y Turismo, Antonio Quintana Peña. Le gustó la idea e incluso la posibilidad que le apunté de que presidiera el jurado que se encargaría de seleccionar las propuestas que se recibiesen. Su beneplácito fue inmediato, concediendo a la emisora una subvención de diez mil pesetas. De igual modo conté con el apoyo incondicional del presidente de la Asociación de la Prensa, Manuel Valdés, el periodista mejor informado y relacionado de la provincia, quien pronto se incorporaría al jurado.

Desde la primera convocatoria tanto la prensa provincial como la nacional y por supuesto la Cadena Ser se hicieron eco de cuantas informaciones les enviamos. El artista Monseñor realizó el pergamino que se entregaría al primer elegido en acto que se celebró con asistencia de las primeras autoridades provinciales y locales

Los homenajes y reconocimientos a los premiados se fueron sucediendo en aquellos primeros años testimoniando la popularidad alcanzada por el concurso. El Ayuntamiento de León, siendo su alcalde, Mario Amilivia, les concedió la insignia de oro de la ciudad, distinción que por decisión suya y del decano de los premiados, tuve el honor de compartir. En otra ocasión la Diputación, presidida por Agustín Turiel les hizo entrega de una artística réplica del Palacio de los Guzmanes. De igual manera el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, con Miguel Martínez, se sumó a las adhesiones agasajándoles en su salón de plenos. La Casa de León en Madrid nos cedió sus salones para celebrar en una ocasión la reunión del jurado, facilitando así la asistencia de los residentes en la capital de España. Incluso la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española ofreció un concierto en un abarrotado Teatro Emperador con motivo de la entrega del premio a su director Odón Alonso

La elección del Leonés del año ha sido la iniciativa radiofónica provincial que mayor tiempo se ha mantenido en antena y la que mayor resonancia nacional ha alcanzado, superando con creces todas las previsiones iniciales. Y ello debido, sobre todo, a las prestigiosas biografías profesionales, culturales, artísticas, políticas, militares, eclesiásticas, etc. de los elegidos, reconocidas y premiadas incluso en el extranjero, y que pocas provincias igualan.