EDITORIAL | Cobertura para los niños en situación vulnerable
Más de 2.500 niños en situación de vulnerabilidad dejarán de asistir al comedor escolar la próxima semana con el final del curso académico. El cierre de las aulas supondrá un problema añadido para sus familias, obligadas a acudir al auxilio que ofrecen los programas de servicios sociales para satisfacer las necesidades de los pequeños. A diferencia de otras provincias, León no abre los comedores escolares durante el verano y el seguimiento de estos niños se realizará, como cada año, a través de la Concejalía de Familia. Los argumentos a favor y en contra de ambas medidas pueden ser ampliamente debatidos, pero lo primordial es que las necesidades básicas de los menores queden cubiertas, que esta cobertura esté garantizada con el obligado seguimiento y que los pequeños no sean expuestos a situaciones diferenciadoras con respecto a sus compañeros.
Sea cual sea la fórmula elegida, las intenciones del Gobierno central siguen el camino de promocionar la senda emprendida por ayuntamientos como el de Valladolid, que opta por la apertura de los centros, en los que además se ofrece desayuno y merienda.
Respecto al comedor escolar hay otra situación que también preocupa a las familias leonesas y es el hecho de que el servicio en la provincia es el segundo más caro de la Comunidad, una circunstancia que no favorece la conciliación familiar y laboral y que resulta especialmente gravosa para los hogares que necesitan recurrir a los comedores.