TRIBUNA
Transparencia y contratos absurdos o imposibles
A lgo tan sencillo como instaurar legalidad, claridad y coherencia en los concursos públicos, el Ayuntamiento de León lo ha convertido en algo farragoso, absurdo e imposible. Lo hizo en un concurso público en las pasadas Fiestas de San Juan y San Pedro, en 2018 y lo ha vuelto a repetir en 2019.
En 2018 se publicó en la enmarañada Sede Electrónica municipal, sendos concursos para adjudicar soporte acústico y lumínico para diferentes espectáculos: plaza Mayor, plaza de San Marcelo y plaza de las Cortes Leonesas. En el ‘paquete’ venían incluidas otras instalaciones, añadidos, adjuntos, estructuras y complementos inútiles que nada tenían que ver con el sector de audio e iluminación profesional, ni tampoco nunca antes se había solicitado. Tras más de 30 años concursando, participar el pasado año (y también éste) era absolutamente inviable y aunque intentamos explicar las cosas y poner lógica a todo aquel disparate, fuimos aparcados del concurso. En 2019 lo han vuelto a repetir, redactando el concurso exactamente igual.
Ante el condicionante de tales instalaciones impropias del área de audiovisuales, las empresas locales del gremio audiovisual, especializadas y adaptadas constantemente a la evolución tecnológica del sector fueron apartadas en ambos años del concurso. Las empresas del sector de audio y sonido profesional para conciertos y espectáculos, tenemos epígrafes concretos de actividad. No podemos dedicarnos por ejemplo, a la pesca de la ballena o a vender pollos o publicidad. Somos lo que somos y hacemos lo que legalmente podemos hacer.
Las empresas audiovisuales de León que operamos en el sector multimedia con instalaciones temporales para eventos al aire libre, estamos dentro de la ley, como no podría ser de otro modo, bien preparadas para nuestras funciones y somos competentes tecnológicamente en lo propio, pero no en lo ajeno. Tenemos buenos profesionales, iluminación avanzada y de bajo consumo, y maquinaria de vanguardia. Podemos dar soporte y hacer cualquier tipo de evento, espectáculo o realización técnica por compleja que esta sea, pero no podemos ejercer como instaladores de vallas, escenarios y un rosario de equipamientos propios de otros sectores como pretende la administración local, porque sencillamente, no es nuestra especialidad. Está claro que quieren dirigir los concursos hacia otro lado y de momento lo están consiguiendo.
Y si además en los concursos nos sugieren u orientan hacia determinadas marcas y modelos de equipamiento (todas antiguas y con peores prestaciones que las que tenemos) y nos dicen que tenemos que ejercer de vigilantes o guardias jurados de las instalaciones (o que los contratemos), que montemos escenarios imposibles con techados super elevados y peligrosos (las instalaciones de las cubiertas que pidieron el pasado año en San Marcelo y Cortes Leonesas se desarbolaron a la primera de cambio), que aportemos hierros extras, lonas, rampas y escaleras, que ¡gestionemos y comercialicemos la publicidad en los escenarios con vinilos y carteles!, que instalemos torres de voladura de gran tamaño y obsoletas, para colgar el sistema acústico externo, que hagamos un cerramiento con vallas de obra para perimetrar los escenarios y accesos, que instalemos un sistema de iluminación anticuado y de alto consumo energético, que instalemos un sistema acústico mas de cien veces superior en potencia a las necesidades reales de los espacios, que pongamos casetas de feria (o de obra como las que instalaron otros el pasado año) innecesarias y de tamaño desproporcionado en el medio de cada plaza para cubrir útiles que ya están cubiertos, etc. etc. está claro lo que pretenden: impedir o poner dificultades al concurso de las empresas locales leonesas especializadas pidiendo imposibles, abrir la puerta a otras grandes empresas foráneas, que poseen una estructura descomunal o dárselo a alguna local, que lo primero que va a hacer es volver a recontratarlo todo a empresas de Valladolid y Ponferrada como ya hizo el pasado año y trasladarles el enorme compromiso asumido.
Valladolid y Ponferrada, precisamente, dos ciudades próximas en las que ciertas personas de sus respectivas administraciones locales nos dicen de palabra «no concurséis porque tenemos que dar el trabajo a las empresas de aquí».
Es posible que los requerimientos que pide la Concejalía de Fiestas de León, vengan tras un nefasto y errado «corta y pega» de necesidades de otros grandes festivales que se hacen en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, etc. Ya se lo explicamos el año pasado a los técnicos y al propio concejal Llamas Domínguez.
Para que se comprenda la desproporción de las condiciones del concurso público de la concejalía por segundo año consecutivo, hay que recordar que siempre se han instalado en Cortes Leonesas para dar soporte a espectáculos, altavoces con 800 W de potencia externa, mientras que en las bases públicas de 2018 y 2019 exigen ¡un mínimo de 10.000 W! Y para rematar el absurdo y el despropósito, el concurso público del pasado año y también el de este año 2019, llega hasta el balcón municipal para el pregón de fiestas, donde solicitan ¡una iluminación de color para el pregonero en plena luz del día!
A todo esto hay que añadir que el Ayuntamiento exige un Certificado de Instalación Segura firmado por un técnico de la adjudicataria de todo el conjunto instalado, con la entrega de la documentación de homologación correspondiente de la UE. Esto el pasado año no se hizo ni se exigió. Si se hubiera hecho, podrían haberse documentado tanto las responsabilidades de las instalaciones fallidas del que se metió a instalador, como las del técnico municipal que las supervisó y autorizó. El pasado año nadie firmó ni exigió tales certificaciones y las coberturas de los escenarios de Cortes Leonesas y San Marcelo volaron y se desplomaron tras las primeras lluvias. Ahí están los hechos y las fotos y las consecuencias y el desastre. Si se hubieran presentado los certificados y homologaciones requeridos por la propia administración, se tendrían los documentos para exigir responsabilidades a quien se metió a cazolero.
Las empresas del sector audiovisual de León estamos actualizadas y preparadas para operar de modo correcto y profesional. Lo estamos desde hace más de 30 años y somos requeridas por empresarios y otras corporaciones para eventos y espectáculos tanto en León como en otras provincias. No lo estamos para atender «corta-pegas» ni ideas brillantes y equivocadas colocando escenarios, cobertores, vallas y casetas, andamios, carteles publicitarios, luminarias obsoletas y otras imposiciones, sobre todo cuando están anticuados, son de competencia de otros profesionales y cuando advertimos al que nos lo encarga, del riesgo de su colocación en los términos que pretenden.
Tras las fiestas locales de 2018, tuvimos una entrevista con el concejal Sr. Llamas Domínguez a la que asistieron técnicos. En nombre de otros nueve profesionales del sector. En nombre de todos ellos, le explicamos e hicimos llegar todas estas mismas consideraciones con nuestros reparos a las descabelladas y desproporcionadas condiciones técnicas de los pliegos de instalaciones de 2018. Estuvieron de acuerdo con nuestros argumentos y calmaron nuestras protestas asegurando que para 2019 iban a diversificar el concurso de acuerdo con nuestras sugerencias, dividiendo y personalizando el concurso a profesionales de audio visuales por un lado y a instaladores de escenarios, estructuras, andamios y plataformas por otro, pero no lo han hecho.
En 2019 han repetido los mismo errores. Todo sigue igual. Han vuelto con la misma jugada que en 2018. El «corta y pega» errado, funciona y sigue vivo, aunque no sea ni justo ni correcto. Este año el concurso se lo llevará de nuevo otra empresa local que volverá a desubicar su responsabilidad y recontratarlo todo con otras empresas foráneas que se dedican a todo y tienen de todo, al mas puro y elemental comercio por no decir trapicheo. De Valladolid y de Ponferrada, tal como hicieron el pasado año. A ver si al menos este año aguantan las lonas de los escenarios.