Desmontando a Igea

Va para tres semanas desde las elecciones locales y para mes y medio de las generales, y parece que lo de la nueva política regeneracionista se ha quedado en poco más que un chiste. El viejo respeto a la lista más votada, y no hablemos de las envolventes como «políticas progresistas» o «reformistas», permitían despachar sin rubor todo tipo de menús digeribles, incluso con alguna pinza llamativa. Pero, ahora, el mercadeo, con un intercambio de puestos y nombres, se hace con el mayor descaro. Y auténticos chantajes más propios de rabietas infantiles que de personas con unas responsabilidades públicas a las que se presupone una vocación de servicio público.

La palma sin duda se la lleva el nuevo capo de la política autonómica. Fue de los que dio el salto a tiempo desde UPyD para enrolarse en Ciudadanos, donde se vio con un pie fuera cuando llegó Silvia Clemente aupada desde la dirección madrileña. Pero en las filas que ya dirigía Francisco Igea hubo unas presuntas primarias —de esas que los que votan caben en un autobús— y se desveló gracias a un militante burgalés que la cocina había hecho de las suyas y había un pucherazo en toda regla.

Con esos mimbres, sin explicaciones y evidentemente sin ninguna dimisión, llegaron las elecciones autonómicas en las que se cumplió el guión previsto. A Ciudadanos le toca repartir naipes al menos para este arranque de mandato. Con todo el guión prefijado a los naranjas de Valladolid les enviaron otro libreto desde Madrid donde decía que los molinos peperos no eran gigantes y tocaba pasar por el aro para desmontar y montar todo lo que Igea tenía preparado. Lo curioso es que ha intentado poner palos a la rueda a lo dictado por su partido, y a pesar de su notoria incomodidad aún no se le ha escuchado la posibilidad de replantearse su futuro. Es curioso que estos naranjas, como los morados, llegaron pidiendo a la gente coherencia y que se fuesen para casa en cuanto arreciase, para evitar que, como bien decía Groucho, haya que cambiar de principios o de parte contratante de la primera parte...

La regeneración se nos queda en que la nueva generación se quita la máscara para ahondar en lo conocido. ¿Cuándo nos explicarán los acuerdos en la Junta, Ayuntamiento de León, de Ponferrada, de la Diputación...? ¿Luz y taquígrafos?