Diario de León

LEÓN EN VERSO

No todo el monte iba a ser Verdiciu

León

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Ves no más que un virtuoso del acordeón, hasta que le dedica al público unos consejos para regar los campos yermos que ha acartonado la vida en los corazones. Entonces, el creador de la reggaetonada, de la tonada glam, del electrocupé, del agro-tecno, del tecno-trans, se impone como un referente de la humanidad que jamás debimos dejar en las cunetas. Rodrigo Cuevas, porque no todo el monte es Verdiciu, se lanza en cada espectáculo sobre el fuego que él mismo prende desde el escenario; y ahí se abrasa, cuando el repertorio cargado de sentimiento y memoria despeja de malos rollos mundanos el horizonte. Tan bien armado, que el espectador tiene dudas si está en un concierto o en una orgía; ya procura el artista que el evento no caiga de ninguno de los dos lados. Cuevas avanza por el mundo sobre las madreñas que pone en valor, sin llegar a la burbuja aunque valen infinitamente más de lo que cuesta una camiseta de Ronaldo en los mercadillos de final de verano; un día, en un late night show de la tele de pago, explicó por qué la madreña es la base del bienestar de todo esa parte del territorio que aparece como noroeste en el cuaderno de promesas pendientes del Gobierno.

Es patrimonio natural, lo que queda de conciencia crítica de ese viraje al cinismo que nos obligaron las homologaciones de la Comunidad Económica Europea, después de que la leche sin uperisar dejara de ser la primera causa de muerte, y los pueblos enterraran el bullicio en las escuelas cerradas. Cuevas es brillante en el contenido y en la puesta en escena. A estas alturas de glosa y fan, tendría que estar remarcado que, además, canta como dios. Los cupleses, el hip-hop, las vaqueiradas; la vida. La vida de un artista que emplea el vedetismo para envolver las soluciones que prescribe para engrasar los músculos necesarios en el ejercicio del amor. Ese Rodrigo Cuevas vuelve a poner a León en su ruta fascinante; su Trópico de Covadonga pasa por San Marcelo esta semana. El acontecimiento puede ser la mejor oferta del programa festivo de la ciudad. El destape de Rodrigo Cuevas es una oportunidad; única, para preservar la diferencia, al raro, al que se distingue en sí mismo; iniguable, para que desde las coordenadas latitud: N43°19’0.01 no volvamos a olvidar de dónde venimos, ni a dónde vamos a parar.

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