Cien propuestas en busca de medidas
El documento que asienta el pacto de gobierno entre PP y Ciudadanos, que debe guiar el futuro de Castilla y León durante los próximos cuatro años, contiene un centenar de propuestas, buena parte de ellas declaraciones de intenciones. Llega ahora el momento de poner sobre la mesa las medidas que permitan llevarlas a cabo. Y ahí es donde tienen que dar la talla los dos socios políticos. El problema no será tanto ponerse de acuerdo sobre los retos de la Comunidad, muchos de ellos obvios, recurrentes y heredados durante la sucesión de mandatos sin remedio efectivo que aplicarles, sino plantear qué hacer frente a ellos.
Ahí está la urgencia de una despoblación que se acelera, para la que de momento se anuncia la creación de un grupo de expertos que dentro de un año alumbre un diagnóstico. La solución no puede esperar, y no cabe perder el tren de las políticas y los fondos europeos. Análisis y actuación prioritaria tienen que ir de la mano.
Fijar población pasa por dotar a las zonas rurales de tejido económico y servicios. Ahí la sanidad juega un papel básico, y el nuevo Ejecutivo tiene la posibilidad de poner orden en el foco permanente de conflictos en el que la atención médica se ha convertido en los últimos años. Un ámbito provincial que tampoco puede olvidar la exigencia de las cuencas que ya no son mineras, pero deben exigir hasta el último esfuerzo y ayuda comprometidos para una transición que se ha bautizado como ‘justa’, y que de momento parece sobre todo relegada y olvidada.
Los servicios sociales tienen en la dependencia uno de los grandes retos de una provincia severamente envejecida; mientras la apuesta por la educación y, sobre todo, por retener el talento formado, sólo puede asentarse sobre un tejido productivo innovador y competitivo.
Las líneas están marcadas. Llega el momento de dar los pasos que lleven con éxito a los objetivos. Ahí está el verdadero reto.