Pajares se desangra

El ente público emitió esta semana una reveladora información sobre las interminables obras de la variante de Pajares, un proyecto que con el se trata de conectar a Asturias y Madrid a través de la alta velocidad, algo que paradójicamente contrasta con la lentitud y la desidia con la se ejecuta este túnel que lleva ya más de 15 años taladrando las montañas que separan a León del Principado. Esta tortura percutora que durante todo este tiempo arrasa las entrañas de este tramo leonés de la Cordillera Cantábrica representa uno de los delitos medioambientales más graves y manifiestos de los últimos años por el irreparable daño que está causando tanto a los habitantes de los cerca de treinta pueblos afectados, ya de por sí tocados y hundidos por el fin de la minería, como a los recursos naturales de esta zona declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco. La construcción de las galerías subterráneas contempladas en el proyecto del túnel, que lleva devorados ya cerca de 3.500 millones de euros —su presupuesto inicial era de 1.085— ha supuesto la ejecución de un corte transversal para hacer hueco al avance del tren bajo la cordillera que ha secado a su paso ríos, fuentes y cauces, y que ha supuesto una sangría hídrica que desvía entre 300 y 400 litros por segundo de la cuenca del Duero al Cantábrico. Ríete tú de los daños de los cielos abiertos de Laciana sentenciados por Europa y por los que sus responsables, los empresarios mineros, han pasado ya por el banquillo de los acusados.

De los manantiales por las que antes emanaba riqueza en forma de agua que suministraba a sus vecinos, ganado, flora y fauna hoy sale la impotencia y la incomprensión de los habitantes que tras numerosas denuncias tanto al Ministerio como a la Confederación Hidrográfica del Duero por arrebatarles su bien más preciado sólo han tenido el silencio como respuesta. ¿Y a quien sentamos ante un juez por esta catástrofe ambiental que ha condenado de muerte hídrica a todo un valle cuando es el Estado el responsable de esta obra ? ¿A Francisco Álvarez Cascos por promoverla? ¿A Pepe Blanco por continuarla?, o al resto de ministros que han mirado para otro lado mientras nuestra montaña se desangra, sin aplicar ni una sola medida correctora a un Estudio de Impacto Ambiental que no supo predecir este desastre.