¿Se acuerdan del Brexit?
M eses atrás la Unión Europea contenía el aliento ante el referéndum llevado a cabo en el Reino Unido en el que ganó el «sí» a abandonar la Unión. A partir de ese momentos lo que parecía una inminente salida del Reino Unido de la UE se convirtió en la noticia principal de los informativos de las teles, de las radios, de las primeras páginas de los periódicos. No había día en que no estuviéramos pendientes de la «premier» Theresa May, o de Boris Johnson, o de cualquier líder británico que dijera algo sobre el Brexit.
Pero el exceso de información sobre un asunto, cualquier asunto, termina conduciendo al cansancio. O hay un desenlace más o menos rápido a una crisis o al final el personal desvía su atención a otros objetivos. Así que poco a poco el Brexit ha ido dejando de ocupar los titulares de los informativos y perdiendo fuelle en las conversaciones de la gente. Es más, me atrevo a decir que salvo en el Reino Unido y en algunos despachos de Bruxelas, del Brexit se habla cada vez menos.
Si saliéramos a la calle a preguntar qué pasa con el Brexit y en qué punto está este asunto creo que la mayoría no podría dar una respuesta precisa. Sí, sabemos que algunos políticos británicos continúan queriendo sacar al Reino Unido de la Unión pero ya no sabemos ni cómo ni cuando. Hemos desconectado y seguramente no volveremos a conectar hasta que no pase algo determinante sobre el consabido Brexit.
Y sin embargo continúa siendo uno de los problemas a los que tiene que enfrentarse la UE. No es lo mismo una Unión Europea con Inglaterra fuera que dentro. Si el Reino Unido deja de formar parte de la Unión seguro que no les va a salir gratis y tendrá una repercusión económica negativa para los británicos. Pero también la UE tendrá que hacer reajustes por la pérdida de un país con el peso especifico y económico del Reino Unido.
Boris Johnson ha prometido que el próximo 31 de octubre su país estará fuera de la UE, ya veremos si cumple su palabra y sobre todo como van a gestionar tanto dislate desde la renovada Comisión de la Unión Europea.
Mientras tanto el personal ha ido desconectando del problema. Del Brexit ya no se habla en las conversaciones cotidianas. Y es que el exceso cansa.