Centralidad jacobea
H ace exactamente 15 días, la fundación palentina Santa María la Real, heredera de las competencias sobre patrimonio autonómico por liquidación de la fundación titular, residenció en Carrión el programa Ruritage, convocando a cuarenta técnicos, representantes institucionales y expertos jacobeos para constituir en San Zoilo el centro de operaciones jacobeas que plantee propuestas en torno al Camino, como modelo de desarrollo territorial basado en el patrimonio. Todo estupendo, si no fuera porque el centro nuclear del Camino de Santiago en España no es Carrión, sino Sahagún, como acredita la literatura jacobea centenaria con mucha más solvencia que estos ventajistas gestores presupuestarios.
No son ganas de agitar la matraca provincial por marearla, pero cuando se discute la ubicación de la siguiente edición de las Edades del Hombre entre Sahagún y las palentinas Carrión, Villalcázar y Frómista, conviene hacer valer las razones de Sahagún como cenit y centro del Camino Jacobeo francés en España. Aunque no haya tenido, desde la Junta de Castilla y León, las inversiones extraordinarias que sí tuvieron las burgalesas San Juan de Ortega y Castrojeriz o la palentina Carrión de los Condes. Lo que nadie puede arrebatar a Sahagún en su abandono es su centralidad nuclear y su exigencia secular. La vega del Cea, donde florecieron las lanzas a los soldados de Carlomagno escogidos por la muerte, aparece ahora estrangulada por tres carreteras y una autovía, que acabaron malogrando la armónica división de los terrazgos presente en la cartografía ilustrada. Sin embargo, la senda de los peregrinos no tiene extravío en este lugar ‘pródigo en todo tipo de bienes’, según la literatura jacobea. Antes de asomar a Sahagún, el camino se arropa con una hilera de arbolillos, aunque su porte menguado apenas arroja sombra todavía.
Sahagún recibe a los peregrinos procedentes del Camino de Madrid y se convierte en antesala para el tránsito por la provincia leonesa, jalonada de estaciones jacobeas con tanta tradición como Mansilla, León (punto de destino de quienes peregrinaban para descubrir los saberes ocultos de su judería, como el personaje de Marguerite Yourcenar), Hospital de Órbigo, Astorga, Rabanal del Camino, Foncebadón con su Cruz de Ferro, Molinaseca, Ponferrada, Cacabelos y Carracedo, Villafranca del Bierzo, Vega de Valcarce y El Cebrero.
Demasiadas estaciones para dejarnos arrebatar el privilegio de residenciar en Sahagún, la ciudad que abre nuestro umbral provincial, primero la sede del centro de operaciones jacobeas institucionales que dirige la gestora cultural de la Fundación Zoa Escudero, y luego la edición 2020 de las Edades del Hombre, que si no espabilamos a tiempo recaerá en Carrión de los Condes.