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EL MIRADOR ANTONIO PAPELL
León

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F rancesc de Carreras es un intelectual progresista que, con tesón e inteligencia, ha trabajado por el avance político de este país, tan propenso a los bandazos y siempre amenazado por la exacerbación de todos los nacionalismos (incluido el español). De familia conservadora, militó en el PSUC desde 1967 y, antinacionalista convencido, abandonó Iniciativa Per Catalunya, sucesora de aquella organización, en 1986. La deriva nacionalista de la izquierda le llevó a participar en diversas iniciativas, como el Foro Babel (1996), pero fue a partir de la formación en 2003 del tripartito en torno al PSC de Pasqual Maragall cuando participó en la creación de un club de opinión Ciudadanos, formado por quince personas, de las que él era el único constitucionalista, y por tanto el máximo impulsor de la estructuración y ulterior proyección del grupo. Los otros eran Félix de Azúa, Albert Boadella, Arcadi Espada, Teresa Giménez Barbat, Ana Nuño, Félix Ovejero, Félix Pérez Romera, Xavier Pericay, Ponç Puigdevall, José Vicente Rodríguez Mora, Ferran Toutain, y los ya fallecidos Carlos Trías Sagnier (2007) Iván Tubau (2016) y Horacio Vázquez-Rial (2012). Se emitieron dos Manifiestos, uno en 2005 y otro en 2006, y tras el segundo se empezó a desarrollar un proyecto que acabaría desembocando en la creación del partido político Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía. El nuevo partido se definió centrista, liberal y socialdemócrata, claramente antinacionalista y dispuesto a convertirse en un riguroso instrumento de regeneración política frente a la corrupción sistemática de las grandes organizaciones. En Cataluña consiguió en las autonómicas de 2006 tres escaños y 89.000 votos en toda la comunidad. El ascenso no fue fácil: en 2008, no consiguió representación ni en las generales ni en las andaluzas, y en las europeas de 2009 concurrió en alianza con Libertas, una dudosa organización paneuropea, sin resultados. Tan sólo en las autonómicas catalanas de 2012 experimentó el partido un primer y significativo ascenso alcanzando los nueve escaños. En 2014-2015 comenzó una expansión nacional, que ya fue fecunda: logró escaños en las elecciones al Parlamento de Andalucía y en varias comunidades autonómas, y su presencia en el Estado se consolidó con 40 escaños en las generales de 2015 y 32 en las de 2016. Tras esas últimas firmó un pacto de gobierno de 155 puntos con el PSOE que fue un modelo de progresismo regenerador, pero que no prosperó por la negativa de Podemos a impulsarlo. En un congreso de 2017 decidió eliminar la ideología socialdemócrata y mantener tan sólo la liberal. Y en las recientes del 28-A obtuvo 57 escaños y cuatro senadores. Fue en estas últimas cuando Rivera desechó su condición de partido bisagra y decidió luchar por el liderazgo de la derecha, pero el sorpasso no se produjo y Casado mantuvo al PP en el liderazgo de la oposición.

Este viraje incluyó una virulenta transformación antisocialista, aun cuando con los resultados del 28-A sí sería posible un gobierno PSOE-Cs. La defección de sectores moderados ha sido notorio, y la salida de Francesc de Carreras, junto a los flirteos con Vox, convierten a Cs en un estricto partido conservador, que tendrá que dirimir su espacio con el PP. La legitimidad progresista, regeneradora y de modernización la ha perdido con la marcha del más significado de sus ideólogos, que fue el que trazó desde el origen su propia razón de ser.

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