Automatización laboral: una amenaza lejana que no debería caer en el olvido

La Organización Internacional del Trabajo hacía recientemente un llamamiento para que estados, patronales y trabajadores se constituyan en alianza para mantener un empleo digno a la vista del desafío que plantean tecnologías como la robótica o la inteligencia artificial, que acabarán con buena parte de los empleos actuales. Y ayer mismo se publicaba un informe según el cual tres de cada cuatro españoles consideran que su puesto de trabajo peligra ante el avance de la automatización. Traído al terreno más próximo, agroalimentación, agricultura y minería son, junto a los servicios, los sectores sobre los que tendría una mayor y rápida incidencia el proceso. Y eso con dos matizaciones en el caso de León: por un lado, el avance hacia un modelo económico basado en el conocimiento y la calidad y, por otro, la visualización todavía lejana de que el escenario cambie.

En este sentido si el perfil de nuestras empresas juega en contra, el cambio demográfico y el envejecimiento poblacional lo hacen a favor. Pero lo cierto es que, con la llegada de la inteligencia artificial, empleos que hasta ahora se creían sólo posibles para un ser humano podrían ser adoptados por máquinas, aunque la tecnología esté siempre bajo control humano. Parece, pues, llegada la hora de pasar de la reflexión a la acción, porque el escenario que se anuncia como más probable es que la robotización se desplegará masivamente y sin planificación, causando desequilibrios en empresas, mercados y economías, razón por la que sería muy recomendable empezar a buscar fórmulas que permitan replantear y repartir trabajo y tiempo para la ocupación y el ocio. En definitiva, hacer realidad aquel viejo e idealista eslogan de «trabajar todos, trabajar menos, vivir mejor».