PENSAMIENTO CIRCULAR
Los ingleses sí que piensan en verde
L ondres se ha convertido en la primera ciudad declarada parque nacional urbano del mundo, una iniciativa con la que su alcalde, Sadiq Khan, ayudado por la National Park City Foundation, quieren promocionar entre sus habitantes el uso y disfrute de sus múltiples zonas verdes. Los más de 3.000 parques, 144 reservas naturales, 30.000 huertos y 13.000 especies diferentes que habitan en la capital británica son el nuevo orgullo de los británicos, un reclamo para sus millones de visitantes y una manera de poner en valor unos recursos que hasta ahora ninguna de las grandes urbes ha sabido potenciar. No hace falta desplazarse largos trayectos para disfrutar de las pequeñas cosas que nos brinda la naturaleza, o por lo menos eso es lo que piensa el auténtico promotor de esta iniciativa, Daniel Raven-Ellison, profesor de Geografía de Londres, al que le gustaba llevar a su hijo a explorar los bosques desconocidos de los alrededores de la ciudad. En León lo tenemos complicado, ya que en esta ciudad la conciencia ecológica, de momento —a ver que hace el nuevo alcalde— brilla por su ausencia, y para lo único que se acuerdan de los parques de la ciudad, que no son pocos, es para desbordarles de food trucks en las fiestas de León. Ya de los espacios naturales que hay en la periferia de la cuidad, ni hablamos. La Candamia, la ribera del Bernesga, la Granja, están sumidos en el olvido y en abandono más profundo. Llama la atención que en la página web del Ayuntamiento de León, en el apartado que habla de sus zonas verdes, después de soltar el rosario de parques que hay en la ciudad, que por cierto dan más pena que vergüenza por el estado en el que están, se promociona el —y cito textualmente— magnífico Campo de Golf de 18 hoyos, localizado en San Miguel del Camino. Conferencias, eventos promocionales, conciertos al aire libre son algunas de las actividades llevadas a cabo en Londres para poner en valor sus reductos de naturaleza urbanos. Los ingleses, que son muy listos y pragmáticos, creen que la figura de los parques nacionales debe servir para que la gente conozca estos parajes y que no sólo sean una postal, como se empeñan en España donde los asfixian de restricciones que impiden su uso y disfrute.