Herman Melville

S e celebra este año el bicentenario del nacimiento del escritor norteamericano (Nueva York, 1919) Herman Melville. Precisamente este próximo jueves, día 1 de agosto, seguramente cuando no pocos están preparando la maleta camino de las vacaciones. Si siempre son fértiles, creo, los recordatorios cronológicos, pueden ser más provechosos si incluimos algunos de los títulos del autor recordado para dedicar algunos momentos vacacionales –o en cualquier otro- a la lectura. La vida de Melville tuvo no poco de novelesca, aunque es cierto que la literatura le proporcionó satisfacciones y momentos de éxito, a pesar de que acabó sus días en 1891 sumido en el olvido y en la precariedad económica. Acuciado por la temprana muerte de su padre y la situación de la familia, desempeñó diversos oficios, entre ellos el de maestro y el de marinero a bordo de varios barcos en el Atlántico, el Pacífico y los mares del Sur.

Diversas editoriales, como no podía ser de otra manera, han estado atentas al acontecimiento y o bien han publicado buena parte de la obra del escritor norteamericano o alguna de las más representativas. Por citar solamente dos títulos de estas últimas a fin, al menos, de que el lector elija una como mínimo, queden sus dos clásicas.

En edición especial encuadernada en tela, con traducción y notas de Maylée Yabar-Dávila (808 páginas, 28 euros), Alianza Editorial nos ofrece la lectura de Moby Dick: el amplio mar, la constante contemplación del horizonte en busca de la presa, la abigarrada tripulación del Pequod , ballenero comandado por un capitán tullido y obsesionado por su venganza… Surgiendo de la profundidad de las aguas, como un espectro, la encarnación del Mal: Moby Dick, la ballena blanca…

Su otra obra más célebre es, sin duda, Bartleby, el escribiente. Señalo en este caso la edición, entre otras muchas del escritor norteamericano recogidas en el mismo sello editorial, de Penguin Random House Mondadori, con introducción de Enrique Vila-Matas y traducción de Mª José Chulia (112 páginas, 8,95 euros). Se trata de una obra maestra de la narrativa corta, que anticipa la literatura existencialista y del absurdo: el estoicismo, la ironía, el humor y el sordo desasosiego se aúnan para expresar la obstinación del ser humano en su afán de obtener respuesta a las grandes preguntas o, al menos, seguir buscándolas.

No olvide alguno de estos títulos. Uno, otro, los dos. Con la lectura las vacaciones pueden resultar más interesantes.