Justicia y control en la cadena alimentaria

Con la detención ayer de Johannes Fasen, el holandés considerado cabecilla del macrofraude europeo de la carne de caballo —se comercializaba como si fuese de ternera—, destapado en 2013 y con ramificación de su actividad en la provincia, se cierra un capítulo que conmocionó a la industria alimentaria y al consumidor. La acumulación de casos, como el que luego se inició en Toreno y asumió un juzgado de Ponferrada, delata que la cadena alimentaria no está exenta de riesgos para salud de las personas. Es necesario, como medida disuasoria, un endurecimiento de las condenas previstas para quienes obvian los controles. Las garantías sobre los alimentos que llegan al consumo de las personas deben ser rigurosas y sin duda las instituciones están obligadas a asegurarlas.