Cerrar

Creado:

Actualizado:

Ya es inútil toda resistencia. El último parte del cuartel general del  Consumismo Leal  lo aconseja: « Las tropas de Halloween y el batallón Hollywood Great Again han alcanzado sus últimos objetivos; la guerra por impedirlo ha terminado ». Y ese delirante carnavalito con terror de juguete ya no hay dios que lo mueva. Vino sin que nadie le invitara como tropa de sutil ocupación y acabó clavado con puntas a este suelo que entierra tantas tradiciones que aquí lo eran para lo mismo: espantar y reírse de la muerte que antes (y hoy) venía tan a menudo y antojadiza, o reírse del hambre (puerta de cementerios) espantada con fogata de asar, zafarronada, baile grotesco, noche folgada... y siempre al fuego... « hoy comamos y bebamos y follemos, que mañana moriremos », vino a decir nuestro loado Juan del Enzina... y la copla se cantó en rondas, palacios o tabernas.

Curioso: el país menos invadido por el circo Halloween y su abusiva industria comercial es su vecino de mayor frontera, Méjico. Duros de roer los panchitos chicanos. Sus tradiciones de estos días en camposantos, abracadabras y cuchipandas son infinitamente más coloristas, festivas y tremendas que el infantiloide «truco o trato» de la requetepijez teledisfrazada. Lo mejicano va de existencialismo trágico, pero hecho comedia, grupo y mamadura, comiendo calaveras. Envidia debería tenerle el jalogüinero, tan limitado él a ser lorito que imita fiesta ajena de mucho harapo pijo y sin calado o transgresión.

Y en España, ¡toma castaña!:  Magosto  galego, hijo de su  Samaín , fiesta de raíz celta, magosto berciano después (hasta León se apunta hoy);  tarde castañera  en Aliste o Ávila; la catalana  Castanyada  y sus «campaners» repicando toda la noche por los difuntos; o los gaditanos con su  Tozantos  disfrazando animales y mascotas; o los vascos con su  Gaztanerre Eguna , más castañas y cazuelas, las mismas que en la fiesta canaria de la  Noche de los finaos  con otros dulces, trapos y jolgorios... noche de difuntos, en fin, recordando la vieja ley de « y el vivo, al bollo ».

Dicho: san Halloween, toma castaña.