TRIBUNA | ¿Una nueva bandera para la España democrática?
Los españoles observamos, con no disimulada envidia, cómo todos los países de nuestro entorno social se concitan, sin distinción de ideologías, entorno a su bandera. Esto no ocurre en España, pero por razones supuestamente justificadas.
La actual bandera bicolor, adoptada por Carlos III en 1785 pero instaurada como bandera nacional por Isabel II en 1843, fue utilizada durante la dictadura como símbolo de aquella España excluyente, que como santo y seña se utilizaba como ariete contra todo lo que oliera a democracia...
Durante la Segunda República, de 1931 hasta 1939, se instaura la bandera tricolor, que cambia el rojo de la parte inferior por el color morado. La decisión no fue del agrado de una gran parte de republicanos y de otros demócratas de la época, pues el color morado era el símbolo de Castilla, y podría significar el predominio de esa región española en detrimento de las demás regiones del Estado.
Con la democracia, se mantiene la bandera bicolor, prescindiendo de aquel águila con expresión tenebrosa, torva y conminatoria... Pero, con aquel único cambio, no se evita ese sentimiento que reside en la mente de los españoles de que esta actuación es simplemente una añagaza para perder algo a fin de no perderlo todo.
En resumen, se mantiene un rechazo inconsciente a todo lo que les recuerda un pasado digno de olvidar...
Conclusión: usemos una actitud ecléctica con una nueva bandera que pueda unir a todas las ideologías democráticas. Así se podrá crear un nuevo sentimiento de afectividad hacia un símbolo que unifique las sensibilidades de todos los españoles. Como ocurre en el resto de los países de nuestro entorno.
Esta nueva bandera podría ser un sincretismo en el que confluyera la actual bandera, a la que se añadirían unos símbolos a través de 18 estrellas que reflejarían las 18 regiones de las autonomías. Estos símbolos representarían perfectamente el nuevo espíritu democrático.
Las regiones serían las siguientes, por orden alfabético, agrupadas en dos bloques. Uno, con las 15 Regiones Históricas. Más otro grupo con las otras tres regiones constituidas, ex novo, en la fase de creación de la actual distribución administrativa.
A. Regiones Históricas
1. Andalucía
2. Aragón
3. Asturias
4. Canarias
5. Castilla del Norte
6. Castilla del Sur
7. Cataluña
8. Comunidad Valenciana
9. Euskadi
10. Extremadura
11. Galicia
12. Islas Baleares
13. Murcia
14. Navarra y
15. País Leonés
B. Nuevas regiones
16. Cantabria
17. La Rioja
18. Madrid
Es obligación de los políticos de todo signo acomodar los ordenamientos jurídicos a los sentimientos y sensibilidades de los ciudadanos. Y también deben entender los cargos públicos que un país con su ciudadanía unida por emotividades unívocas y convergentes fomenta la convivencia como base de una sociedad más sana y más feliz.
La unión de un pueblo, entorno a un icono tan trascendental como es la bandera de una nación, puede servir como coronación de un devenir político tan elogiado por muchos, no por todos, claro, como ha sido el proceso de la Transición española...