TRIBUNA | No es un disparate pedir la autonomía del Reino de León
Es preciso para empezar que les informe de que el Reino de León existió entre los años 910 y 1230. Esta es una realidad evidente, aunque los libros de Historia no lo reconozcan más que de forma superficial, e influidos por la conveniencia de quienes los han escrito, a su vez influenciados por el afán castellanizador de personajes que así decidieron que fuera nuestra historia.
Durante este tiempo el Reino de León, tuvo 18 reyes y una reina (Urraca I de León), que reinaron entre el primero que fue García I y el último que fue Alfonso VIII de León, (a este la historia lo identifica con Alfonso IX en un fallo intencionado de ordinalidad). Como hitos importantes, durante estos años se convocaron por el rey Alfonso VIII (IX) las que han sido las primeras cortes europeas de la historia, de proyección internacional y primeras españolas, se celebraron en San Isidoro de León y en ellas tuvieron cabida por vez primera todos los estratos políticos y sociales de aquella sociedad. Años antes por un antepasado suyo, el rey Alfonso V habían sido promulgados los Buenos Fueron.
Los reyes de León lo eran de España. León pues es un reino con más de 1100 años de historia, 1109 para ser exactos. La historia de Castilla es conocida por documentos medievales y en ellos se dice que las tierras castellanas fueron reconquistadas por los reyes asturianos y leoneses y unidas a los reinos Astur-Leonés y posteriormente al Reino de León. Castilla fue por tanto y durante «años» un Condado Leonés. Se reconoce a Castilla desde el año 850 hasta 1065 y fue su primer rey Sancho I hijo de Fernando I rey de León.
Cuento esto porque en León una mayoría de nosotros no conocemos bien o al menos no lo conocemos de forma adecuada nuestro pasado. Es posible que así sea porque en ningún momento nos ha sido contado tal y como sucedió. Los leoneses entre los que me encuentro, estimamos que hemos sido informados en escuelas, institutos y universidades de forma tergiversada premeditadamente.
Hago este previo comentario para analizar el contenido de mis siguientes líneas. Me refiero a la tan actual propuesta de «segregación» del Reino de León, de la Región de León o de León) y que ha puesto en candelero el señor alcalde José Antonio Diez. Alegar aquí otras razones como alegan catalanes y vascos está fuera, totalmente fuera de la realidad. León es y está en España y así seguirá siendo. Últimamente los políticos castellanos y leoneses andan enzarzados lanzándose proyectiles que yo de entrada voy a tachar de «oportunistas, de ventajistas y hasta de electoralistas».
1. Unas palabras para el señor Igea. «Defensor» a ultranza de la honradez y claridad de su partido al que venía a regenerar y miren por cuanto ya ha pasado por el banquillo de los acusados por un delito de amenazas. Yo le acuso también de «mirar para otro lado» en ciertas irregularidades de su partido (Cs). Este señor rebatió los argumentos de la posible autonomía para León con una frase que lo califica: «lo mismo que a León, al Cantón de Cartagena» espetó el señor Igea. Infórmese, pero hágalo bien, no diga «chorradas». En Cartagena hubo una mínima insurrección federal y local a últimos del siglo XIX y el Reino de León al menos se remonta a principios del X.
2. Hay otro político de esta comunidad autonómica «nuestra» que además es alcalde de Valladolid, llamado Oscar Puente (socialista para más inri), que va de charco en charco. Oportunista, egoísta y lo que es peor «mal socialista». O si no díganme si es de buen socialista en una Aautonomía de nueve provincias querer que «todas» las fuentes de riqueza se instalen en Valladolid para que «solo» progrese esa ciudad y las demás que se apañen como puedan. Es una forma muy insolidaria de repartir, lo cual de hecho ya se está produciendo. Quedándose con la mayor parte, «vacía» Ud. más a esta ya de por si pobre Comunidad.
Quizás Ud. también apela a las «razones de estado» como el «ilustre» paramés-leonés Rodolfo Andrés Martin Villa, causante último de nuestra entrada en Castilla.
Otro de sus charcos: También ha reclamado Ud. la capitalidad de Castilla y León para Valladolid. En cuanto a esto, sabe que le digo, que la reclame para Castilla, en León ya tenemos una que es la propia ciudad de León con mucha, más y mejor historia que la castellana.
No creo que este señor sea tonto, la propuesta tenía y tiene mucha intencionalidad, abriendo camino ante la opinión pública y promocionando su propia figura dentro del partido socialista, aunque para ello «pise» algunos derechos…
3-. Llego al tercer personaje político a estudio y de actualidad. Se trata de José Antonio Diez, alcalde de León también socialista. Para empezar decirle que tiene en mi opinión toda la razón del mundo en cuanto a reabrir el debate cuyo objetivo fundamental es reconocer los derechos de los leoneses que nos otorgan algunos artículos de nuestra Carta Magna, que no están cerrados y que se pueden retyomar.
Yo también reclamo la autonomía para León, es una opción amparada por nuestra Constitución y el derecho a su reclamación nos asiste.
Pero Sr. Diez, me han molestado sus formas en el cómo y el cuándo. Usted a escasos meses de haber conseguido la alcaldía por el apoyo de la UPL, único partido de León con sello leonesista, sale a la palestra y propone de forma «espontanea» la segregación de Castilla y León, del Reino de León. Qué casualidad, me consta que antes nunca al menos públicamente se había declarado tan leonesista. Se puede ser leonés, leonesista, socialista y español (que no se nos olvide), pero «todo el año», no elegir el momento.
Esto molestó al señor Puente y entre ambos alcaldes se han cruzado «palabras» que incluso llevaron a que la Junta de C. y L. en sesión plenaria «perdiera» 40 minutos en rechazar una supuesta reprobación sobre el Señor Diez, alcalde de León. La moción debió de quedar en una simple «regañina». Supongo que el PSOE intervendría llamándoles a capilla y entregándoles la correspondiente misiva para que las aguas volvieran a sus cauces.
Señores alcaldes dejen de mirar a sus ombligos y miren a sus ciudades, a sus problemas sociales, laborales, de igualdad, de pobreza, a los derivados del tan actual cambio climático, a los del vaciado de nuestros pueblos, del vaciado de nuestra sanidad... Basta ya señores ediles de «ocurrencias» y pónganse a trabajar a «derecho» que no es lo mismo que «a derechas».
«Repruebo» por tanto al señor Puente por su insolidaridad y al señor Díez por su oportunismo y les invito a velar más a cada uno de ellos por los intereses de sus ciudadanos. El señor Igea no precisa reprobación, se reprueba el solo.
Como deliberación final, deberemos pensar los leoneses si León solo o con Zamora y Salamanca (integrantes de la Región leonesa, nacida en 1833 con simple carácter clasificatorio). Es de todos sabido que a estas dos provincias no les va le marcha con lo de entrar en una supuesta autonomía leonesa, lo cual allanaría la pretensión de Leon solo. En cualquier caso y como parte integrante del País Leones definido en 1833 habría que preguntarles.
Yo no dejare de reivindicar en la forma que sea, que Catilla y León son don reinos diferentes, que la unión me parece completamente anormal y que algún día, espero exista una Autonomía que se apellide: Reino de León. Será el principio de una mayor prosperidad de toda la región/país/provincia de León.