TRIBUNA | Tres cornadas de lobezno
La propuesta del alcalde de León de iniciar los trámites jurídicos (dentro de los cánones de la Constitución) para que la Región Leonesa acceda a su autogobierno, como el resto de las regiones del Estado español, ha recibido varias disparatadas impugnaciones en su contra, de parte de los políticos castellanos y de algunos leoneses temerosos de perder los privilegios y regalías que reciben de la Junta de Castilla. Mención aparte merecen ciertos polígrafos leoneses reconvertidos en castellanizados que siguen la misma pauta que los políticos citados... Por las mismas razones crematísticas. Las perversas cornadas asestadas en el bajo cuerpo a modo de disparos en el propio pie, en el caso de los leoneses, se reducen a las tres inventivas siguientes.
1. «La provincia o provincias leonesas, ellas solas, son pobres y no disponen del dinero suficiente para generar riqueza, crear empresas y ofertar puestos de trabajo», dicen...
La realidad se encuentra cabalmente siguiendo las directivas y el ordenamiento que figura en la Carta Magna sobre la Financiación Autonómica, según consta en los artículos 156, 157 y 158 y en la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) de 1980. Es decir, salvo el sistema financiero Foral, regulado mediante el Concierto económico aplicable al País Vasco y Navarra, el dinero para financiar la hipotética comunidad de la Región Leonesa procedería de los impuestos aportados por todos los ciudadanos, o sea, del Ministerio de Hacienda. Igual que en el resto de comunidades... Con la excepción de los tributos que han sido cedidos totalmente a las CCAA como los que afectan al Patrimonio, las Sucesiones, las Donaciones y el Juego, además de una parte del IRPF, IVA e impuestos relativos al alcohol y el tabaco que son compartidos, el resto de la financiación les llega a través del Fondo de Compensación Económica, que también figura en la Carta Magna, lo que beneficia a las Comunidades menos favorecidas.
Luego, la diatriba injuriosa sobre el mayor empobrecimiento de la Autonomía Leonesa, propuesta por los detractores del bienestar futuro de León con su autogobierno, pierden toda su validez argumentativa. Antes bien, siguiendo el principio antagónico de la justicia de «El que parte bien reparte y se queda con...», el actual estado de la agregación de León a Castilla permite que una parte de ese fondo de compensación «compense» solo y en gran medida a quien lo distribuye. Un ejemplo digno de mención ha sido la distribución de los Fondos Mineros, que una parte de esas compensaciones proporcionados por el Estado, por el cierre de las minas, ha llegado a una provincia bañada por el Pisuerga, suyas únicas minas de que dispone son las minas de los lápices que usan sus niños en la escuela.
2. La segunda falacia tiene que ver con el argumentario usado por personas que se obcecan en predecir y vaticinar las injusticias derivadas de situar la capital administrativa de la Región en la ciudad de León. «Con el centro administrativo situado en la sede de la antigua capital del Reyno, las otras dos provincias recibirían las migajas de los presupuestos autonómicos, como ocurre ahora con la actual Autonomía respecto a la Región Leonesa», dicen...
Nuevamente, tan incongruente aseveración viene contrastada por, primero, por la implantación de la capital en autonomías no coincidentes, ni con la relevante tradición histórica de una ciudad dentro de su Comunidad, ni por su importancia política, industrial y comercial. Ejemplos los tenemos en Santiago de Compostela, Mérida y Vitoria...
En segundo lugar, durante la última década, cuando los leoneses soñaban con la recuperación de su libertad y capacidad de decisión, siempre aparecía una propuesta concebida, más o menos, de la siguiente manera. Los instituciones que detentan el poder político y económico se reducen a tres: el Gobierno, las Cortes y las consejerías. Cómo y dónde debieran ubicarse estos centros del poder administrativo en la Región sería el efecto de los diversos pactos y acuerdos entre las instituciones de las tres provincias. Un ejemplo, no excluyente de otros muchos, podría representarse de la siguiente manera: las Cortes o Parlamento, por su trascendencia histórica, en León. La Junta de Gobierno, por su situación geográfica, en Zamora. Y finalmente, las consejerías, todas o las de mayor trascendencia, en Salamanca... La proximidad de los tres centros de decisión, siguiendo el principio benéfico de acercar la administración a los administrados, lo permite...
3 . Última cornada, o nefasta y a la vez candorosa falacia. «Si la Región Leonesa accede a su autonomía, sin el ¿paraguas protector? de la Junta de Castilla, las distintas comarcas de las provincias se desintegrarán en una eclosión o estampida hacia sus prósperas regiones limítrofes», dicen... Y tal insensatez la apuntillan con el paradigma de lo que ocurriría en la provincia de León. Así aportan incongruencias de esta disparatada guisa: (sic) La Montaña Oriental y la Montaña Central solicitarían su incorporación al Principado de Asturias, El Bierzo y Los Ancares virarían hacia Galicia y los leoneses del sureste de la provincia se precipitarían camino de Castilla...
Quien así opina, seguramente ha desarrollado toda su vida personal o profesional en las acomodadas avenidas de las ciudades y no ha pisado en su vida los caminos de los campos ni las trochas de las montañas de las comarcas a las que así ningunean y menosprecian. Y quien así se expresa ni siquiera ha mantenido un elemental contacto con su gentes.
Los que convivimos y residimos, por ejemplo, en los parques nacionales o regionales de la Montaña Oriental, siempre hemos mantenido unas relaciones amistosas, cálidas y entrañables con nuestros vecinos de afinidad lingüística, étnica y de idénticas tradiciones, los asturianos, pero todos, a una, han manifestado, a propios y a extraños, su condición irredenta de leoneses...
Otra cosa es, cuando las gentes, que residen en las comarcas limítrofes con las comarcas asturianas, gallegas o cántabras, comprueban cómo sus respectivos gobiernos regionales, tal vez por su proximidad hacia sus ciudadanos, se preocupan por sus pueblos y sus gentes, promocionando sus medios de vida como por ejemplo el turismo, y manteniendo en sus pueblos los servicios sociales más elementales. Entonces, ante esta disparidad de bienestares, los leoneses manifiestan públicamente su sana e indemne envidia y su inconsciente deseo de pertenecer a esas regiones. Pero, en lo esencial, dicen que... son sin ninguna vacilación leoneses y lo seguirán siendo.
Castilla y León es, con mucho, la más extensa región de Europa y más grande que algunos países de este continente. Por eso, es una Comunidad ingobernable por la imposibilidad de acercamiento de la administración a los administrados. Pero también por deseo e intencionalidad consciente o inconsciente de la Junta de la otra región distinta y distante de León. Y esto se percibe en su abandono y empobrecimiento causado, en parte, por deseo expreso de los regidores de la Comunidad.
Aportamos un solo ejemplo de desamparo hacia León fácilmente constatable. Hay una carretera autónoma que va de Palencia hasta el límite con Asturias, en el Puerto de Tarna. Pero, en su recorrido, desde la ciudad de Palencia hasta el límite con León, nos encontramos con modernas y cuidadas rotondas, algunas incluso decoradas con motivos de gran valor estético. Y, oh sorpresa, en la parte leonesa, las rotondas se han esfumado, a pesar de que, en una ocasión, los ciudadanos las han solicitado a través de la presentación de un pliego de firmas... Otro tanto se podría decir de las modernas marquesinas de espera de autobús.
Naturalmente son dignos de elogio las actuaciones de los gestores políticos, sociales y económicos de Castilla, pues se ocupan y preocupan del bienestar de sus conciudadanos, los castellanos. Es su pueblo y son sus gentes; los estiman y los protegen con todas sus armas y bagajes. Ejemplo muy loable de alabanza, en beneficio de sus gentes, serían las recientes declaraciones de la Vicepresidenta de la Cecale (Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León), Ángela de Miguel, quien afirmó sin pudor que: «Hay que apostar por lo que funciona e invertir en el eje Valladolid, Palencia y Burgos». Y luego ha añadido que también merecen protección las provincias próximas a Madrid... Y a las demás provincias que las parta un rayo...
Ciertamente, no es muy equitativo culpar a los mandatarios castellanos de la trágica situación política, económica y demográfica, en la que se encuentra la Región Leonesa desde que fue subsumida, en contra de la voluntad de todos sus ciudadanos, en la Región de Castilla, pues fue un leonés de fatídico recuerdo quien tomó la decisión de enviar a León a las cárceles del espíritu.
Llegará un día, en el que el pueblo leonés y el pueblo castellano se darán un gran abrazo de amistad, cordialidad y confraternidad y así caminarán juntos por las sendas paralelas del bienestar hacia una misma dirección, pero sin bloquearse ni entorpecerse mutuamente a lo largo del camino. Cada uno de los dos pueblos marcharán por la sendas que sus ciudadanos hayan marcado, y, al romperse las cadenas que los une en contra de la voluntad de ambos, al final de esa ruta... juntos celebraremos la sagrada fiesta de la libertad.
Y ese día ya está a punto de llegar. Ya ha comenzado el proceso de la liberación... Ya suenan las campanas de la autonomía y del autogobierno...