Repensando la educación: sin fracaso
Por suerte para los niños, hoy día podemos acceder a la raíz misma de muchos, de la mayoría de los problemas de aprendizaje y de conducta que los niños y adolescentes muestran de forma tan involuntaria como problemática para ellos mismos, en primer lugar y para padres y maestros también.
Con el sistema Mind Moves vamos a las raíces que causan retrasos en el desarrollo, déficit de atención, alteraciones emocionales y demás impedimentos para la normal funcionalidad de la persona. Desde esas raíces el niño y el escolar pueden reconstruir cimientos neuronales firmes de modo que pueden utilizar su potencial académico y su equilibrio emocional para aprender.
Es crucial asegurarse de que los cimientos físicos y neurológicos del niño están en su sitio y son sólidos, de otro modo el niño se verá permanentemente enganchado a su cerebro superviviente sin que el cerebro cognitivo pueda funcionar libre; inevitables las dificultades.
Recablear componentes del sistema nervioso del niño proporcionándole herramientas y estrategias para superar la inseguridad y la ansiedad, es la forma de recolocar al niño en condiciones de una funcionalidad adecuada a sus posibilidades, a su aprendizaje y a su bienestar.
En Mind Moves comenzamos observando los síntomas o señales SOS que indican posibles reflejos primitivos activos que han quedado retenidos (aberrantes). Se testan los reflejos y se fija un programa que, además de inhibir esos reflejos, estimula las funciones cerebrales superiores para normalizar aprendizajes y conductas.
Cuando, como ocurre a menudo, algún reflejo primitivo no finaliza su función en el organismo durante el desarrollo, y permanece activo en la persona, es siempre un obstáculo para desarrollos posteriores y supone algún tipo de inmadurez neurológica con las consiguientes dificultades o disfunciones.
Tener reflejos primitivos activos significa que la persona está utilizando una parte primitiva del cerebro, o sea, de su sistema nervioso central (SNC) para realizar funciones complejas que normalmente realiza el cerebro cognitivo (neocórtex); eso implica un enorme consumo de energía que produce estrés y como resultado, comportamientos inmaduros, dificultades con las habilidades de pensamiento y aprendizaje (control, atención, habla, lectura, escritura, cálculo,...). Estamos hablando de cómo funcionan los distintos niveles de nuestro cerebro, según los más asentados hallazgos de las neurociencias.
La experiencia de padres y maestros nos muestra cómo, niños con unas cualidades plenamente normales, niños que manifiestan inteligencia y buena disposición, afrontan serios problemas escolares y dificultades que les van retrasando más y más.
¿Puede aprender un niño que no cesa de moverse o que está tumbado sobre la mesa mucho de su tiempo escolar, que no deja de balancearse en la silla o que pasa largos ratos «colgado de las nubes», etc.?
Las zonas inferiores de su cerebro, su cerebro superviviente, está anclado y no deja funcionar y desarrollarse adecuadamente al cerebro cognitivo (neocórtex). De ese modo el razonamiento, los aprendizajes escolares, el autocontrol, etc. se encuentran coartados, limitados en grado variable pero siempre muy difícil de activar.
Esa es la situación de tantos niños que sufren en la escuela porque su cerebro cognitivo no es libre, no dispone de recursos porque está amarrado por los reflejos primitivos obstaculizantes. Hablamos del 50-60% de los escolares, de muchos de esos niños que pasan inadvertidos, pero que pelean, lo intentan, sufren con el aprendizaje pero su lucha da escasos frutos. Son todos esos niños a quienes se les considera cortos, limitados, aprobadillos, que van tirando a duras penas, o peor aún, vagos. ¡Craso error! Son absolutamente normales.
El trabajo para abordar reflejos primitivos activos (aberrantes), es sencillo y muy eficaz, pero no es académico (por ignorancia), no se contempla en la escuela. Debería ser preventivo, pero no está en los programas de 3 a 12 años. Es un trabajo de la persona total, no de llenar su cabeza. Es desarrollo y madurez, no conocimientos, por eso no lo contemplan los «académicos» (porque lo ignoran) ni los organizadores políticos de la escolaridad.
En Mind Moves empezamos, como la naturaleza, por el principio: Un proceso, inicialmente impulsado por reflejos primitivos, que desarrolla:
—Los sentidos para aportar información al cerebro
—El cerebro que elabora todo lo que le llega y depende de cómo le llega
—Los sistemas musculares que sirven de soporte y herramienta a los sentidos y al cerebro y, como tales, ejecutan las órdenes en forma de respuestas
—Las conexiones nerviosas que van de sentidos a cerebro y de éste a sistemas musculares que responden
—La organización y estructuración de todo ese entramado.
Pero si esa organización está obstaculizada por reflejos retenidos activos, que absorben tanta energía que impiden o dificultan el general funcionamiento, ya tenemos barreras, a menudo infranqueables para el niño por sí mismo.
Mind Moves es un método de detección, análisis y superación de las dificultades que provocan en el SNC la presencia activa de reflejos primitivos, y lo hace con programas de movimientos específicos y estructurados.
Trabaja desde la observación y la experimentación; MM no elucubra, no adivina ni tantea; observa, se informa, testa y comprueba. Con esos datos programa para cada niño-persona-cliente y realiza un seguimiento-refuerzo que da resultados fehacientes.
Las herramientas son precisas: protocolos contrastados, objetivos personalizados y programas estructurados y bien experimentados. Todo fundamentado en las neurociencias y avalado por expertos que tratan los temas que nos ocupan. Sobre todo seguimos a la naturaleza, su secuencia y las más básicas formas con las que ella se manifiesta para el desarrollo humano.
Conocer el tema reflejos, saber detectar síntomas o señales SOS en los niños, en los estudiantes, poder testar si hay reflejos activos y poner remedio con programas apropiados. Eso es la solución para el 80% de los niños a quienes cuesta aprender, niños con alteraciones o dificultades para su pleno funcionamiento, para niños a quienes se considera torpes, desmotivados, lentos o falsos vagos, etc. etc. Infelices escolares, se les está prohibiendo la satisfacción de aprender, la alegría de plenamente ¡ser!