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Juan Francisco García Marín, candidato a rector de la Universidad de León
León

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En 2016 la comunidad universitaria nos dio su confianza en las urnas para llevar a cabo un proyecto que despertase de una vez por todas a la Universidad de León y la alejase del ostracismo al que estaba condenada. Entonces, el alumnado, el profesorado y el personal de administración y servicios de la universidad apostaron por un proyecto de pilares sólidos y con un rumbo marcado que hemos seguido fielmente, con rigurosidad, aunque también haya sido necesario ser flexibles a la hora de seguir este nuevo camino.

Cuatro años después, podemos decir que hemos cumplido la práctica totalidad de las propuestas que llevamos en el programa de entonces y que las que aún no se han podido llevar a cabo están en marcha, programa que, como el actual, fue meditado y preciso, conociendo las necesidades que había. Asimismo, la propia evolución de la sociedad y de la universidad nos han animado a afrontar nuevos proyectos y demandas. Así es como se construye un entorno educativo centrado en las personas, trabajadores y estudiantes, con vidas e inquietudes cambiantes según sus circunstancias. Por este motivo, no nos cansamos de repetir que, para ser competitiva y para poder adaptarse a su comunidad, la universidad del presente debe ser una universidad de puertas abiertas y solidaria.

Hemos liderado en Castilla y León la solicitud de reducción de las tasas de matrícula hasta un 25% y seguiremos encabezando la petición de una distribución más equitativa de las becas para estudiantes. Continuaremos implementando medidas para nuestros estudiantes como la reducción del coste de la comida, que seguiremos rebajando o la puesta en marcha de un servicio de microondas para uso personal dentro de las instalaciones. Además, incrementaremos las actuaciones de atención a estudiantes con diversidad funcional y su inserción laboral e incluiremos atención psicológica en la Universidad. También mantendremos como hasta ahora la financiación de la matrícula a estudiantes con escasez de recursos para estudios de Grado y Máster.

Hemos optimizado la gestión e incrementado la dotación del Fondo de Acción Social de modo que ha aumentado en 130.000 euros más desde el año 2015 y se han modificado los criterios de concesión para que repercutan en mayor medida en aquellos con menos ingresos, incrementándose el número de beneficiarios. Todo ello en beneficio de nuestros trabajadores. Nuestra intención es seguir creciendo en este ámbito y para ello vamos a crear la figura de un Técnico Especialista en Asuntos Sociales que se ocupará de dar respuesta a las necesidades de información, asesoramiento y apoyo a la comunidad universitaria, con el fin de garantizar la igualdad de oportunidades. También potenciaremos las actuaciones de la recientemente creada Unidad de Igualdad para velar por la aplicación efectiva del desarrollo de la legislación vigente en esta materia y promocionaremos cursos que aborden la inclusión, la igualdad y la problemática de violencia de género, estimulando la asistencia y participación de todo el personal de la universidad y de todos los estudiantes.

Por otra parte, seguiremos apoyando con determinación la justa reivindicación de los profesores contratados permanentes del abono total de las retribuciones relativas a los tramos docentes y de investigación que tengan reconocidos, con el compromiso de que en el caso de que no se llegara alcanzar un acuerdo con la Consejería de Educación para su pago en los próximos meses, la Universidad de León anticipará el abono hasta los segundos tramos reconocidos, con efectos retroactivos desde principio del año 2020, como ya hicimos con el 25% del primero. Además, en el contexto de una mejora de la conciliación con la vida familiar, estudiaremos la viabilidad de implantar un sistema de teletrabajo para aquellos miembros del personal de administración y servicios para los que, por las características de su puesto de trabajo, sea factible.

Igualmente, seguiremos impulsando iniciativas pensadas para compensar las desigualdades más allá de las fronteras de nuestro campus y promoveremos más acciones para llevar el Programa Interuniversitario de la Experiencia y parte de nuestras actividades de extensión hasta quienes tengan dificultades para seguirlas, como ya hemos hecho en diferentes municipios de la provincia de León.

Pretender que nuestra institución no es una institución más equitativa que hace cuatro años es ignorar la realidad. Obviar las medidas que se han tomado para corregir los desequilibrios que veníamos arrastrando desde hace tiempo es desconocer, de forma muy preocupante, nuestra universidad. Desde el primer momento hemos planteado nuestro proyecto de gestión como un proyecto beneficioso no solo para la Universidad de León, sino para toda la sociedad que nos rodea, que evoluciona al unísono con ella.

Si volvemos a tener la confianza de la comunidad universitaria seguiremos por el mismo camino, con un programa de medidas bien meditadas para que la Universidad de León siga creciendo como hasta ahora. Haciendo a su vez que la sociedad leonesa crezca con ella y se sienta orgullosa.