Cerrar
Publicado por
Jesús López-Arenas González
León

Creado:

Actualizado:

Muchos recordarán perfectamente esta canción de Cecilia, la cantautora fallecida en accidente de circulación cerca de Benavente cuando España se estaba despertando en una democracia en la que hoy, 44 años después, al igual que en la canción, habría que volverse a preguntar: ¿Dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos? ¿Dónde tu cabeza?. Mi querida España.

Y es que si se hace un repaso de lo que hemos leído, escuchado y visto en los últimos días, salvo la aproximación a esa «nueva normalidad» (qué frase tan rebuscada, tan poco agraciada y, además, tan inexacta) nada ha cambiado. Por fortuna (de nuevo una mujer) Nadia Calviño puso la nota de cordura en el panorama nacional, al tiempo que hacía patente la total inseguridad que reina en el desgobierno de España.

Se siguen evidenciando las desigualdades, con ejemplos auténticamente insultantes que han provocado la lógica indignación entre familias de víctimas del virus y a la mayoría de quienes nos tenemos por «personas normales». Como muestras de ello el permiso extraordinario concedido el día 23 a la madre y un cuñado de un etarra, así como a su pareja, internos ambos en la cárcel de Picassent (Valencia), a la que los visitantes se trasladaron desde el País Vasco, disponiendo del correspondiente salvoconducto de Interior; todo ello coincidiendo en el tiempo con el acuerdo suscrito entre los partidos del gobierno y EH Bildu. El hecho ha sido calificado de «auténtico escándalo» por fuentes del sindicato Acap-UGT. En igual sentido, aun cuando no consta que existiera autorización «expresa», la visita de la madre y de un médico, desplazados asimismo desde el País Vasco a la región de Murcia, para visitar al recluso hospitalizado tras huelga de hambre. Funcionarios consultados por el medio que publicaba ambas noticias, pusieron de manifiesto que «La directriz de Madrid es que tengamos manga ancha con los etarras». En efecto, vergonzante y de auténtico escándalo.

Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas están obligados, insisto obligados, a entenderse. Por el bien, como cantaba Cecilia, de nuestra querida España. Y quienes votamos, igualmente lo estamos en cuanto a lo que nos toca

Por cierto, no menos insultante se me antoja que Pedro Sánchez responsabilice al PP de su pirueta con Bildu y de su bronca con Pablo Iglesias por la reforma laboral: «Si no se hubieran instalado en el no, el Ejecutivo no habría tenido que atender peticiones que nada tienen que ver con la emergencia sanitaria». Acabáramos, ¡Vergüenza!.

Ha sido descomunal el número de críticas que se han podido escuchar en los últimos días «desde todos los ángulos». Por todas ellas, la de Ángels Barceló, quien fuera merecedora hace años del Premio Derechos Humanos, que anualmente otorga el Consejo General de la Abogacía Española, quien en su programa Hoy por Hoy, en la Cadena SER —medio claramente afín al Gobierno— manifestaba «Aunque después de este episodio —el pacto suscrito con EH Bildu en la noche del miércoles 20— se hace difícil imaginar cuáles pueden ser las nuevas mayorías. ¿Quién se va a fiar de un Gobierno que negocia una cosa y la contraria, que esconde los términos de los acuerdos, los anuncia cuando le conviene y los cambia después de firmarlos?».

Y seguimos con lo que, ya veremos en sede judicial no tardando sus consecuencias, entiendo una burda falsedad, y además con reiteración. En una cadena de televisión, Carlos Cuesta, director de Con España a Cuesta, daba cuenta de que los datos estadísticos «oficiales» sobre el coronavirus eran incorrectos; digámoslo claramente, eran falsos. Pero ha podido comprobarse que esos datos (y concreta la pantalla en la que figuran, por cierto nada fácil de localizar) han vuelto a manipularse y se han variado los históricos. Otra vergüenza más y otro auténtico escándalo.

El expresidente Zapatero ha afirmado: «El gran test para Casado es pactar con Sánchez la reconstrucción». Razonable que ese sea el test que «ambos» deberían afrontar. Más razonable que previamente Sánchez afronte, no el test, si no el PCR de romper con quienes nunca iba a pactar.

El sábado día 23 se vivieron numerosas protestas motorizadas. Éxito de convocatoria y gran respuesta ciudadana. Y sin embargo una pena. ¡Qué ocasión fallida para una foto similar a la de la plaza de Colón hace meses! De nuevo el PP no ha estado, en mi opinión, acertado; se abstuvo en la 3ª prórroga, cuando la intervención de Casado, previa a la votación, auguraba un no rotundo, y no ha visto a tiempo la conveniencia de que esa protesta sabatina debió haber sido conjunta de los tres, ojalá, socios en coalición.

Me asombran, por cierto, algunas de las opiniones que se han emitido y que Diario de León publicaba el domingo día 24. Al Sr. Cendón (PSOE) le diría que si nunca se hubiera puesto en cuestión la libertad, tal y como afirma, no hubiera sido preciso que la justicia revocara (en León por ejemplo) la previa decisión del ejecutivo, denegando la protesta. En cuanto a lo dicho por el Sr. Majo (PP), me gustaría saber qué entiende por posturas radicales; ¿radical una protesta motorizada?, venga ya!. En cuanto al Sr. Santos (UPL), ¿A qué hay que esperar para protestar? ¿Acaso considera correcta la actuación del desgobierno?...

La fase 1 ha deparado novedades. Bien por la posibilidad de que las terrazas de los bares y cafeterías ocupen espacios destinados a otros fines. Pero por favor, que alguien me indique dónde pueden aparcar ahora los residentes sus vehículos, tras ver reducida más aún las ya de por sí escasas áreas destinadas a ese fin.

Vuelven al trabajo (algunos ni siquiera se han ido) las grandes, las medianas y, sobre todo en León, las pequeñas empresas, y por supuesto los autónomos. Da coraje, por no decir vergüenza, que organismos como el Ayuntamiento o los Juzgados sigan cerrados al público. Parte de sus funcionarios, ciertamente, con teletrabajo, aunque no los funcionarios judiciales, pues no disponen en su domicilio de las contraseñas precisas para hacer uso de la «moderna» informática judicial...

A punto de cerrar estas reflexiones me llegan tres noticias: Sigue adelante el proyecto de colorear y peatonalizar (¿en serio ?) Ordoño II. Así lo ha dispuesto el voto de calidad del Sr. Alcalde, con el plácet de su grupo, más los votos de Unidas Podemos y de UPL. Les deseo a todos la merecida cosecha en las urnas, tras ignorar la opinión de los restantes partidos y, sobre todo, el sentir de comerciantes, autónomos y asociaciones que se habían pronunciado rotundamente en contra, pero sobre todo, en contra del momento en que se aprueba esta obra.

Otra noticia que se me antoja, al menos por lo que presupone, más grave: La destitución del coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Madrid «por pérdida de confianza», a la que siguió una dimisión y otra destitución. Ministro Marlaska: ¡Quién te ha visto y quién te ve!

La tercera: citado en calidad de investigado el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Así lo ha acordado la titular del Juzgado (por cierto hija de un coronel de la G. Civil) que investiga si no haber prohibido la manifestación del 8-M puede suponer un delito de prevaricación. Demos tiempo al tiempo.

Doble felicitación. De un lado para mi compañero Enrique Mendoza (habitual en la sección Opinión), por su total restablecimiento (me impresionaron las vivencias que publicaba el 25 de abril pasado) y por su tajante afirmación que realiza el lunes 25 de mayo: «Es la hora del liderazgo. León no puede esperar más». De otro lado, para el propio Diario de León. El artículo que bajo el título Diario de León y sociedad, compromiso mutuo firma su director, Joaquín S. Torné, no tiene desperdicio.

No olviden lo ya dicho, y repetido. Pablo Casado, Santiago Abascal e Inés Arrimadas están obligados, insisto obligados, a entenderse. Por el bien, como cantaba Cecilia, de nuestra querida España. Y quienes votamos, igualmente lo estamos en cuanto a lo que nos toca. No vayamos, todos, a hacer bueno el dilema de Murphy sobre el tiempo y la acción: «Nunca se sabe lo pronto que es demasiado tarde»

 

.